Engañar a pacientes, simular compras y falsificar recetas y expedientes son tres de las formas como operan quienes sustraen medicamentos e insumos, según denuncias de trabajadores de Salud.
Testigos reclaman que, aunque se han presentado denuncias, las autoridades no han actuado para evitar las pérdidas.
Formas de robo
El Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala acusó al director del Centro de Salud de San Rafael, zona 18, de haber sustraído medicamentos con documentos falsificados.
Según Ariel Milián, dirigente sindical, se usaron dos recetas para retirar de ese centro de Salud 300 pañales para niño, pero al verificar la dirección, era falsa.
En otro caso, los sindicalistas encontraron que una farmacia de la colonia San Rafael vendía el anticonceptivo Depo Provera, el cual estaba agotado en el centro de Salud, pero tenía el mismo número de lote.
“Para evitar errores, días después compramos otra inyección en la misma farmacia, y era del mismo lote. Nos hicimos pasar por interesados en poner una farmacia, y la dueña nos dijo que nos podía conseguir las inyecciones a bajo precio”, refirió el sindicalista.
En el centro de Salud, el mencionado anticonceptivo estuvo fuera de existencia durante tres meses.
Trabajadores del Hospital Roosevelt estiman que el 30 por ciento del medicamento es sustraído mediante compras directas y engaños a pacientes.
“Sabemos de casos en los que se le dice al paciente que se le va a inyectar el medicamento al suero, pero se les coloca agua destilada o solución salina; se guarda el medicamento para venderlo y el paciente sigue enfermo”, aseguró un empleado que pidió no citar su nombre.
Entre lo robado hay fármacos para el cáncer e intravenosos.
Otro trabajador comentó que existe complicidad del personal de Finanzas y Bodega con los proveedores de medicamentos a través del sistema de Contrataciones del Estado.
“Se hacen compras directas y, por ejemplo, se piden cien pastillas; la empresa proveedora dice que solo tiene 50 y pide un plazo para llevar el resto. Luego, personal de bodega saca las 50 que recibieron y las entrega al proveedor, así este dice que es la mitad restante y se hace creer que dieron todo el producto”, afirmó una fuente cercana al proceso de compras.
Los salubristas aseguran que han presentado denuncias en el Área de Salud Guatemala Central —por el caso de la colonia San Rafael— y en la dirección del Hospital Roosevelt, pero no han sido atendidos.
“Sospechamos que hay complicidad de las autoridades porque defienden al director, pese a las pruebas que les presentamos”, afirmó Milián.
Trabajadores del Roosevelt dicen que el director de esa institución, Carlos Soto, es quien debe denunciar la situación en el Ministerio Público (MP), pues es su representante legal.
Sin garantías
Enrique Aguilar, de la Gremial de Fabricantes de Productos Farmacéuticos, aseguró que la venta de medicamentos robados causa competencia desleal, y lo más preocupante es que no hay garantías de la calidad de los fármacos.
“Los medicamentos no se almacenan de manera adecuada, y esto perjudica al paciente”, advirtió.
La Gremial no ha recibido denuncias al respecto, pero considera que el Ministerio de Salud debe combatir el problema, pues cuando compran el producto ya son ellos los responsables.
Responsables
Gustavo Barillas, vocero del Ministerio de Salud, afirmó que cuando se sorprende a un trabajador in fraganti se inicia un proceso administrativo y se denuncia.
Según Barillas, cada unidad médica debe seguir ese procedimiento, porque es la encargada de sus medicamentos, y en la sede central no tienen una cifra sobre los procesos que se siguen.
Respecto del robo a través de compras directas, el portavoz considera que es “poco probable” que suceda.
Para reducir el riesgo, según Barillas, “tratan de ponerse más controles, se hacen auditorías internas y, sin previo aviso, se supervisan hospitales y centros de Salud”.
Seguridad en Xela
Las medidas de seguridad para evitar el hurto de medicamentos, insumos y equipo en el Hospital Regional de Occidente se reforzaron desde el año pasado, pero, según trabajadores, el problema continúa.
Las nuevas normas prohíben la salida de personal por las puertas de emergencia y de consulta externa; debe hacerlo por un puesto de registro.
Sergio Monterroso, jefe de seguridad de ese hospital, informó que rota constantemente al grupo de la garita de personal, para evitar componendas o compadrazgos que faciliten alguna fuga de insumos. Además, cuentan con cámaras de vigilancia que monitorean a diario.
Justicia
Casos en investigación
En el Ministerio Público se presentaron 19 denuncias en el 2013, relacionadas con robo de medicamentos, pero solo una vincula a trabajadores.
Del Hospital Nacional de Huehuetenango se denunció a un trabajador por la sustracción de medicamentos, pero la acción fue desestimada.
Otro caso que se llevó a la Fiscalía contra la Corrupción es sobre seis denuncias contra un trabajador del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) en Izabal, quien en el 2009 fue jefe de Farmacia y Bodega.
Según documentos, en el 2010, auditores del IGSS presentaron cinco denuncias por alteración de recetas médicas y falta de documentos que respaldaran su prescripción.
En agosto del 2013, una auditoría de la Contraloría General de Cuentas permitió localizar el faltante de medicamento por Q1.5 millones.
El ministro de Salud, Jorge Villavicencio, dijo entonces que el sistema de control de ingreso de medicina al hospital es obsoleto, pues tiene 14 años.
En el 2006, la pérdida de medicamentos por la misma cantidad de dinero provocó una intervención en el hospital, ordenada por el entonces presidente Óscar Berger.
En el Hospital San Juan de Dios se siguen 25 procesos de destitución contra trabajadores señalados de robo de medicamentos, embriaguez en horario de trabajo o de suministrarse fármacos.
El 14 de enero de este año, en ese hospital se localizó medicina y licor en el cielo falso del quinto piso, valorada en Q10 mil, y que, se presume, iban a ser vendidos. Todavía no hay acusados.
Peligro
Efecto placebo es distinto
Un paciente puede mejorar cuando es medicado con una sustancia, aunque esta no esté relacionada con el tratamiento, gracias a un fenómeno psicológico llamado Efecto Placebo.
Sin embargo, inyectarle solución salina o agua destilada no entra en esta categoría, explicó Carlos Mejía, expresidente del Colegio de Médicos.
El especialista indicó que cuando se utilizan métodos placebos no existe riesgo para el paciente, pero no aplicarle el medicamento para su recuperación sí lo pone en peligro.
“Suplantar un medicamento para robarlo no llena la categoría de placebo. Cuando se da un placebo es para un estudio clínico, bajo consentimiento y voluntad del paciente”, afirmó.
Mejía aseguró que hay riesgo para el paciente cuando el medicamento no tiene los controles de almacenamiento, por ser sustraído de manera ilegal.
El problema es mayor, afirmó, en vacunas y algunos tratamientos intravenosos, que son muy delicados y pueden perder el efecto si no llevan una cadena de frío.
“Algunos medicamentos, si están a temperatura ambiente, están activos algún número de horas, pero si están refrigerados, duran semanas”, precisó.
El profesional lamenta que no exista forma de comprobar si las medicinas fueron bien almacenadas, e indicó que la única manera de asegurarse de ello es no robándolas. Resaltó que “si se roban medicamentos de los hospitales públicos es porque hay gente en lo privado que está dispuesta a pagarlo”.
Publicado el 05 de mayo de 2014 en www.prensalibre.com por Andrea Orozco http://www.prensalibre.com/noticias/comunitario/Q600-millones-roban-ano_0_1132686747.html
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