Pequeños grandes maestros

¿Ya pensó cuál será el regalo que dará a sus hijos por el Día del Niño? Hago esta pregunta, porque una mujer con quien charlé en el banco hace un par de días me contaba que sus hijos esperan con emoción esa efeméride. Yo suponía que esa emoción era por recibir regalos, comer pastel y salir de paseo. Me equivoqué. La mujer, a quien pedí autorización para contar su historia, aunque por modestia me pidió omitir su nombre, me respondió que esa alegría de sus niños respondía a un gesto de dar, y no de recibir. Marcelo, de 4 años; Jaime, de 6, e Iván, de 9, celebran su día con una labor altruista; cada uno de ellos, con una acción distinta.

Iván pide colaboración a sus compañeros del colegio para comprar varias libras de concentrado que luego dona a un refugio para animales; Jaime regala manzanas a niños que están en los semáforos, y Marcelo, con ayuda de su mamá, recoge sus juguetes usados para obsequiarlos.

“Mi esposo y yo les hemos dicho que en el Día del Niño hay muchos chiquitines que pasan el día trabajando o llorando. Desde que Iván era pequeño, tratamos de que encontraran la felicidad en la acción de dar”, cuenta.

Esta pareja da a sus hijos el mejor regalo: la formación en valores. No es un juguete que aburre, una efímera fiesta o un dulce que empalaga; es un regalo para la vida.

Si todos pensáramos en ser un poco menos egoístas, seguramente dejaríamos que despierte ese pequeño niño que todos tenemos dormido en nuestro interior. Hemos perdido la inocencia y nos hemos vuelto una sociedad ambiciosa y banal.

También hemos perdido el sentido de protección. En lugar de cuidar de nuestros niños, los hemos convertido en víctimas, a tal punto que estamos haciendo de ellos los victimarios del futuro.

Esos pequeños que están en los semáforos o los que hurtan en los mercados, están allí por una irresponsabilidad colectiva. ¿Nos hemos puesto a pensar que quizá ese niño que muere de hambre pudo ser un científico brillante? ¿Será que esa pequeñita que quedó parapléjica por una bala perdida pudo encontrar la cura contra el cáncer?

Condenamos nuestro futuro con la indiferencia y olvidamos una encomienda de Dios: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a Aquel que me ha enviado” (Mc 9, 37).

Publicado el 27 de septiembre del 2013 en www.s21.com.gt por Lesly Véliz 
http://www.s21.com.gt/reflexiones/2013/09/27/pequenos-grandes-maestros

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