Ojo con el Congreso

Guatemala necesita urgentemente funcionarios honorables e instituciones transparentes; los intereses de la Nación deben prevalecer a los intereses particulares, o de grupos reducidos que imponen un modelo de país que solo beneficia a los de siempre y a los de turno. El poder Legislativo es clave para el buen desempeño de un gobierno, y hasta ahora solo hemos tenido personas mediocres y corruptas, que han contribuido al deterioro institucional que vivimos. Estos “padrastros de la patria” son quienes eligen al procurador de los Derechos Humanos,

contralor general, magistrados del TSE, magistrados de la Corte Suprema de Justicia; de allí la importancia de su calidad y honorabilidad. Ellos pueden antejuiciar a los presidentes de los otros organismos, ministros, etc. Entonces, sin duda son el poder más importante del Estado.

Por ello es inaudito que para ser electo diputado al Congreso de la República, únicamente se requiera ser guatemalteco de origen y estar en el ejercicio de los derechos ciudadanos. Más aberrante aún es que cuando el incauto ciudadano emite su voto, lo haga por un bloque de personas que representa a un partido político y no por un individuo que sin importar si posee capacidad o prestigio —para integrar dicho bloque— su cualidad es haber aportado una jugosa cantidad de dinero al partido político que lo postula.

Ser diputado se ha convertido en una deshonra, por la actitud barata de la mayoría de legisladores. Nadie les exige que cumplan con horarios ni supervisa los resultados del trabajo. ¿Y qué de los tránsfugas? ¿con qué derecho emigran a otro partido?, si ellos no fueron electos individualmente, sino utilizando el nombre de un partido político.

Es importante que entre las reformas a las leyes electorales se promuevan cambios en cuanto a la elección de los diputados al Congreso. Primero, deben elegirse personas y no partidos políticos; segundo, las elecciones no deben hacerse conjuntamente con las del presidente de la República, sino hasta dos años después, para dar la atención debida al proceso, creando un justo balance de poderes. De esta manera el presidente no podrá dar órdenes a los diputados, sino habrá un equilibrio.

El voto en lo que respecta a la conformación del próximo Legislativo es muy importante y no debe tomarse a la ligera, ya que esto ha provocado la ingobernabilidad que existe.

Para poder corregir un Legislativo canceroso como el que tenemos, la sociedad debe exigir que además de los puntos que el TSE pide reformar, que al final no harán gran diferencia: 1. Fortalecimiento de las organizaciones políticas. 2. Dotar de dientes al TSE en materia legal. 3. En época electoral que las fuerzas de seguridad pase a manos del TSE. 4. Control en la fiscalización de partidos políticos. 5. Apoyo al voto en el extranjero y la participación de la mujer. Yo propongo además, que los diputados sean electos sin partido político alguno, en forma independiente, situación que permitirá la participación de personas limpias, profesionales capaces que hayan hecho labor social en su comunidad, que los acredite para ser diputados.

 

Publicado el 27 de Septiembre de 2013 en www.prensalibre.com  por BRENDA SANCHINELLI IZEPPI 
http://www.prensalibre.com/opinion/Ojo-Congreso_0_1000699936.html

 

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