En mi actividad de abogado, pero también de amigo, he ido los últimos años a visitar, tanto al Preventivo de la zona 18, como al Mariscal Zavala, a un quinteto de conocidos. Unos clientes, otros amigos o ambos.
Sinceramente no me gusta ir, no por evitar verlos, sino porque me choca mirar de primera mano todo el drama humano que estas personas viven, alejados de sus familias, de sus trabajos, de su vida cotidiana y privados del más preciado derecho, el derecho a la libertad. Mas los excesivos gastos para mantenerse a salvo en prisión. Una renta que deben pagar, no obstante no pueden trabajar para cubrir la misma. Con frecuencia me entero de historias desgarradoras, de la pérdida completa de ahorros y propiedades para poder mantenerse vivo en la cárcel. He visto familias quedar destruidas por la prisión de la cabeza del hogar ¡Terrible!
Sin sentencias, sin celeridad procesal en sus casos con la “Justicia Guatemalteca”, sus vidas pasan en la oscuridad, lejos del mundo libre que sigue su vida como si nada pasara. Y pienso para mi, que dichoso soy de estar libre hoy en una Guatemala cooptada por personas y entidades de tinte totalitario que nos desean ver a muchos en prisión, por oponernos a las injusticias y a su perversa agenda.
Rompe el corazón ver durante los días de visita a esposas e hijos caminar un kilómetro desde los parqueos a los centros de detención preventiva. Halando sus carretillas llenas de productos de uso diario para sus familiares detenidos, una hamburguesa, un pollo, el arroz, café, y de más enseres son proporcionados cada semana a los privados de libertad por sus familiares.
Muchas personas celebran la captura de este o aquel funcionario público tachado de corrupción. Es un morbo cada jueves que se aproxima, elucubrar quien será el siguiente en caer en las fauces de la CICIG/MP. Quisiera saber si piensan lo mismo si algún conocido o familiar de ellos cayera detenido y les tocara ir a visitarlo periódicamente.
Está claro que varios de los susodichos han sido detenidos por delitos muy obvios, pero que igual deben ser probados con un debido proceso y siempre bajo la presunción de inocencia. Pero hay un buen número de detenidos que están allí por razones políticas (para citar a dos amigos: Luis Lima y Moisés Galindo) provocadas por quienes buscan desestabilizar a la República, y hasta asumir el poder, derrocando en forma light al Presidente. Ahora que el Alcalde, Presidente y Estadista Álvaro Arzú ha fallecido, veremos que desenlace tiene este vil proceso que tiene a estos dos hombres engrilletados como conejillos de indias, para forzar una captura que ya no será posible. El último bastión de la libertad de esa generación, hoy se encuentra en los brazos del Señor.
También hay un buen número de detenidos por la corrupción en el MP y de algún juez vendido, como el caso de mi gran amigo Julio Alfredo Hernández Escobar, quien guarda prisión preventiva en la zona 18 desde octubre de 2016 por un caso eminentemente civil, que una banda criminal de ladrones de combustibles, extorsionistas y usurpadores de propiedad ha inventado en su contra. Un gran hombre, esposo, padre responsable y empresario, que ahora, por estos abusos e injusticias lo ha perdido casi todo. Y además, la medida sustitutiva, que excarcele a un procesado, por medio de una caución económica o arresto domiciliar, pareciera que ya no existe en nuestro ordenamiento jurídico ¿Qué les pasa a los jueces?
¿Qué clase de justicia y lucha contra la corrupción queremos, si los supuestos héroes anticorrupción están inmersos en ella?
Un ente cien por ciento político como la ONU-CICIG no puede estar a cargo de una persecución penal independiente y profesional. Guatemala Inmortal, por ejemplo, ha solicitado una y otra vez al Presidente que en vez de la ONU, sea una agencia profesional y no política, como el FBI, o la inteligencia israelita, quienes apoyen al MP para capacitarlos y crear una fiscalía de primer nivel, ¡pero no política, pero no política! El experimento GESTAPO en Guatemala ha sido un total fracaso.
La corrupción solamente se logrará contener en gran medida (que jamás se erradicará totalmente, ojo) cuando exista un Congreso que derogue un sinfín de leyes e instituciones públicas que no sirven para nada, sino para ser un hotel de parásitos, como “Jodiel” y sus huestes. Cuando se logre legislar a favor del ciudadano de a pié, sobre la preeminencia de sus derechos individuales de VIDA, LIBERTA y PROPIEDAD PRIVADA sobre toda la retahíla de pseudo-derechos “suciales” impuestos por absurdos tratados internacionales que firmamos como tontos, ¿impuestos por quien? Por la ONU, ¡claro!
POR JURRUTIA, 29 ABRIL, 2018
http://republica.gt/2018/04/29/el-infierno-de-quienes-viven-la-prision-preventiva-en-guatemala/
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