Si bien, quienes permanecen en un centro carcelario, ya sea para el cumplimiento de una condena o en espera de que se agote un proceso judicial, no pueden comprar su libertad, han encontrado otro uso para su dinero y es precisamente la mejora de su comodidad en prisión.
A menudo, las autoridades del Sistema Penitenciario(SP) destacan entre los resultados de las requisas el hallazgo de ilícitos, que van desde objetos punzocortantes de elaboración propia, hasta lujos, como una televisión, computadora o un frigobar.
Operativo Penitenciario instruido por DG se efectuó en Cárcel de la zona 17, reportando incautación de ilícitos. pic.twitter.com/ytkmwzewTw
— S. Penitenciario (@DGSPG) August 18, 2016
Pero, ¿cómo ingresan estos ilícitos a las prisiones? La estructura paralela del SP empieza a operar desde que una persona es asignada por un juez a un centro de detención.
Al respecto, antiguos reos que ya cumplieron su condena detallan que el ser beneficiado una comodidad simple, como una cama, en el lugar en el que se guardará prisión, puede tener un costo de entre 45 mil y 60 mil quetzales.
El ingreso de electrodomésticos o teléfonos móvilesvaría según las condiciones de seguridad del centro de detención. En promedio, para que estos puedan cruzar la cerca, se debe pagar entre 100 o hasta 1 mil quetzales adicionales al valor del objeto.
En el caso de los licores, un antiguo privado de libertad indica que los más requeridos son la cerveza, el whisky, el ron y el tequila, y que su precio se triplica detrás de los barrotes.
La coordinación del ingreso de los ilícitos es diferente en cada sector y en cada centro carcelario, revelan los consultados (quienes ya pasaron por las cárceles). Añaden que, en algunos casos, se sabe que se cuenta con el apoyo de guardias o personal que llega a dejar algún insumo para el penitenciario.
Encuentran licor, televisiones y armas en cárcel Mariscal Zavalahttps://t.co/TqI6CCyI2g pic.twitter.com/e258zu93oq
— Soy 502 (@soy_502) August 18, 2016
Al respecto, Corinne Dedick, consultora del CIEN (Centro de Investigaciones Económicas Nacionales), explica que el ingreso de insumos ya es una práctica común en el Sistema Penitenciario y se ha logrado establecer que a veces son descuidos durante los períodos de visita, en los que los familiares o amigos se prestan para esta acción.
Así también, añade que varios guardias del SP se han visto involucrados en la introducción de ilícitos: “Algunas veces por dinero y otras por amenazas”, explica. Dedick destaca que este tipo de acciones son beneficiadas por la falta de personal suficiente y de tecnología que mejore el registro de todo lo que entra a los centros.
La analista agrega que se ha observado que los protocolos en las cárceles se han “aflojado” desde hace un poco más de un año y que esta política más permisiva, dificulta la tarea de las nuevas autoridades, ya que deben retomar el control.
Rudy Esquivel, vocero del SP, manifiesta que precisamente con el fin de acabar con las estructuras que ingresan objetos no permitidos a los centros carcelarios, se han implementado medidas como incrementar la frecuencia de las requisas.
Esquivel describe que el ingreso de electrodomésticos no está prohibido por la Ley del Régimen Penitenciario, pero en algunos casos se decomisa porque estos han sido introducidos sin cumplir con el proceso administrativo correspondiente, que debe ser aprobado por las autoridades según el comportamiento, sector y uso o propósito.
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