Somos Sector Privado

“Un gobierno suficientemente grande para darnos todo lo que queremos, también es lo suficientemente fuerte para quitarnos todo lo que tenemos” -Thomas Jefferson

Hoy me quiero referir al espíritu de un enunciado que varias personas insisten en manipular a través de sus opiniones:

“El Sector Privado está deshecho”

Respeto la libertad de opinión. Lo que no tolero, es la hipocresía de fingir respeto por cosas absurdas y tendenciosas, que nos imponen personas conflictuadas en una agenda destructiva.

¿A qué me refiero?

En su mayoría, las personas que critican al Sector Privado, no entienden lo que es, no saben cómo funciona y no reconocen quiénes lo conforman. Mucho menos saben lo que aporta, lo que defiende y lo que genera. Ciertamente hubo y continúan existiendo mercantilistas disfrazados de empresarios que buscan enriquecerse a costillas de los recursos del Estado, del pueblo y de la libre empresa. Pero eso no convierte a la empresarialidad en una enfermedad. Lo mismo ocurre entre burócratas, la academia, las iglesias, diplomáticos, comunidades indígenas, la milicia, y todas las razas y pueblos de la humanidad.

El primer paradigma en la crítica al Sector Privado, es que el mismo, funciona como en el año 1900: con 5 multimillonarios comprando el mundo entero y constituyendo imperios. Algo así como la serie de televisión “Los Hombres que construyeron América”.

Bajo ese erróneo paradigma, hay grupos encargados de crear desestabilización y fomentar el “comunismo del capital” mediante el ataque de la empresarialidad. Esa embestida puede funcionar con leyes absurdas, campañas de desprestigio, impuestos, trámites engorrosos e intimidaciones legales e incluso personales.

No intento desmeritar la importancia y magnitud de instituciones universales, pero el Sector Privado es sin lugar a dudas, un enorme conglomerado polifacético, real, productivo, estable y de incidencia a nivel mundial.

Filosófica y espiritualmente, se dice que el amor y el miedo, mueven a las personas; ¿pero acaso no son la economía y los negocios, los que han trasladado a la humanidad a lo largo de la historia? Como en todo, hay buenos, malos y regulares. También hay delincuentes, pero eso es tema aparte. En lo positivo, Yo me atrevería a decir que todos somos Sector Privado, la pregunta es: ¿Qué nivel de empresarialidad rige nuestra vida?

No me parece correcto, que personas que viven del dinero ajeno o de donaciones de entes públicos, promuevan el boicot de la empresarialidad, mientras ellos pretenden succionar a perpetuidad la ubre del Estado.

Lo que hay que tener claro, muy claro, es que a los gobernantes y burócratas con visión estatista, ya sea acá, en Estados Unidos, Venezuela, Nicaragua o en la cochinchina, les conviene más un empresariado cómplice, debilucho y temeroso del Poder Público. ¿Por qué? Pues porque la empresarialidad constituye realmente el “Cuarto Poder” y el único que no emana del Estado, el cual coloca a la persona humana como eje del desarrollo y no al Estado como fin supremo de la sociedad.

Si usted tiene un negocio, una clínica, una tiendita, un taller, una oficina, si brinda o presta un trabajo, si tiene una casa, un vehículo o algo propio, entonces usted es parte directa o indirecta del Sector Privado productivo. El opuesto, sería un régimen en el cual el Estado sea dueño de todo lo que usted tiene, produce e incluso desea.

CACIF, por ejemplo, a través de las Cámaras Empresariales que le conforman, es la unión de más de 20 mil asociados, los cuales, a través de un negocio, generan millones de trabajos y miles de millones de quetzales en impuestos. Por si ese número le parece bajo o insignificante, tome en cuenta que en Guatemala, hay casi 110 mil sociedades mercantiles inscritas y casi 1,000,000 de empresas mercantiles registradas. Ser empresario significa ser emprendedor. Tanto lo es quien vende frutas en su carreta, como aquel que dispone de millones para invertir en un proyecto.

Cuando alguien “despotrica” en contra del sector productivo y/o el Sector Privado, es como si algún ingenuo amenace con un fósforo adentro de un cuarto lleno de pólvora.

El Sector Privado “no está deshecho”. Hoy por hoy, hay más empresarios que nunca. Somos más los guatemaltecos que estamos tratando de salir adelante, de producir algo, e indignados con el robo de los impuestos y el descaro de pretender que se suban las tasas. El Sector Privado ha evolucionado, es más representativo y ha demostrado con esfuerzos y pronunciamientos, que vela por la transparencia de la gestión pública. Pero, ¿consigue todo esto con éxito? La respuesta ciertamente es NO, pero la ruta es clara, aunque el recorrido nadie dijo que sería fácil.

Irónicamente, los mismos medios de comunicación son Sector Privado; y, tenga la certeza que, si algún gobernante atenta en contra de la libertad de prensa, de periodismo o los derechos de propiedad de sus medios de producción, el mismo Sector Privado organizado saldrá en su defensa.

Quienes dicen: “el Sector Privado está más débil que nunca”, o son miopes, o su intención es criticar lo que no entienden. Son personas que desean “un” pedazo de pastel, en vez de velar por hacer el pastel más grande.

Publicado por www.lahora.gt el 10 de Agosto 2016 por Estuardo Gamalero.
http://lahora.gt/somos-sector-privado/

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