Los pepesqueros

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COMO PARTE DE LAS acciones legales realizadas hoy en día contra los corruptos del régimen anterior, el martes pasado fueron apresados quienes participaron en una organización delictiva cuya identificación más correcta sería la de banda de los pepesqueros, en recuerdo a esos peces otrora comunes en el Lago de Amatitlán. Aunque los casos de robos, abusos y demás lacras fueron numerosos y en muchos casos significaron cantidades mucho mayores, el desprecio implícito a la inteligencia nacional de los guatemaltecos llegó a extremos inauditos y se convirtió en la gota derramadora del vaso de la indignación popular, convertida luego en manifestaciones cívicas.

LAS IMÁGENES DE LA exvicepresidenta Roxana Baldetti tomando agua del lago como muestra de confianza a los avances de la recuperación de este se convirtieron en una prueba irrefutable de la voracidad de esa funcionaria para esquilmar los fondos gubernativos. La historia, creo, registrará esa acción aparentemente sin mucha importancia como el factor detonante de una silenciosa rebelión de civismo contra un gobierno enloquecido. Quedó comprobada otra vez la constante histórica de acciones de gran importancia iniciadas cuando una realidad sobrepasa toda capacidad de aguante de la población. Por eso su lugar en esa historia sin duda está asegurado.

ESTE CASO SERÁ agregado a los numerosos juicios en contra de la vicemandataria, pero también tiene la utilidad de constituir una advertencia a todo funcionario incapaz de comprender el cambio ocurrido a partir de cuando la paciencia ciudadana se agotó, con los resultados ya conocidos. Sin embargo, las autoridades investigadoras de los actos corruptos del régimen patriotista deben tener clara la actitud de vigilancia de la ciudadanía, y esto mismo debe quedar claro a quienes hoy se encuentran en el ejercicio del gobierno. La burla a la ciudadanía, acompañada de corruptela, es una opción cada vez más arriesgada, y esto solo puede tener efectos positivos.

Devolución del dinero
Dinero robado debe ser devuelto

CONFORME VAN CAYENdo en manos de las autoridades los funcionarios culpables de cualquiera de las formas de corrupción y de enriquecimiento ilícito, aumenta el interés ciudadano por saber cuáles serán las acciones desarrolladas por el Estado guatemalteco para recuperar los fondos mal habidos. A lo largo de la reciente historia política, los guatemaltecos hemos visto cómo funcionarios de todos los gobiernos simplemente cambian de estatus económico de manera inexplicable, y peor aún, hacen ostentación de los cambios de estilo de vida debidos al abuso y sobre todo a las mordidas, muchas veces monstruosas, recibidas para beneficiar a grupos y personas.
CADA VEZ SON  MÁS CLAros los efectos de la reducción o eliminación de los impuestos a determinados bienes, o de autorizaciones de beneficios lesivos para el país pero beneficiosos para grupos específicos. La indignación nacional se despierta al saber de personas fallecidas porque alguien robó el dinero para la compra de medicinas, por mencionar solo un ejemplo, y generalmente es  fácil seguir el rastro al dinero, por medio de investigaciones tanto nacionales como internacionales.  Al dejar de hacer algo para recuperar el dinero, el sistema legal y democrático se vuelve no solo cómplice, sino favorecedor del pillaje a las instituciones nacionales.
LA INVESTIGACIÓN DEBE alcanzar las empresas fantasmas, las sociedades anónimas de inversiones mínimas a las cuales se les han otorgado contratos millonarios, y toda una serie de maromas gracias a las cuales los corruptos salen ganando a la larga,  porque no solo  se quedan con el dinero, sino, para colmo, no reciben el rechazo social. Pasa el tiempo, casi siempre muy poco, y ese factor, combinado con permanecer discretamente fuera de las luces del escenario nacional, tienen como resultado un retorno a círculos sociales integrados por quienes dirigen la vista a otro lado. Esa actitud se convierte en el primer premio para el abuso y la corrupción.
Publicado en www.prensalibre.com el 26 de Febrero 2016 por Mario Antonio Sandoval
http://www.prensalibre.com/opinion/los-pepesqueros

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