¿Actuarán ya, o van a esperar el colapso?

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Por enésima vez, ahora en voz de pobladores y de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, se ha actualizado el aviso de alarma sobre el grave riesgo de colapso en que se encuentra el puente Belice, en la salida nororiental de la ciudad de Guatemala.

En la extensa nota informativa que se publica hoy en la página 3 de Siglo.21, se da cuenta del abandono en que se encuentra uno de los más importantes puentes capitalinos, por el que transitan a diario miles de automotores, entre livianos y pesados, de transporte de personas y de materiales diversos.

Frente a la situación descrita, es preferible correrse el riesgo de que se califique esta información como alarmista, a convertirnos cómplices del silencio y el inmovilismo en que se mantienen las dependencias públicas, del gobierno central y del municipal, en relación a lo que allí debe hacerse.

Ese inmovilismo, acompañado con el típico “tirarse la pelota” de una entidad a otra, es tanto más preocupante cuanto que no es esta la primera vez que un medio de comunicación social advierte sobre el riesgo allí existente.

Desde hace muchos años se ha venido advirtiendo sobre la urgencia, no solamente de hacer elementales inspecciones periódicas o dar mantenimiento básico, sino de proceder a poner en práctica alguna de las varias opciones para aliviar la carga y reparar un puente que fue diseñado para el movimiento vehicular de hace casi 60 años.

Es por demás lamentable constatar cómo el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, y la Municipalidad de Guatemala, se dedican al juego de no asumir la responsabilidad, en tanto que cada día transcurrido sin la toma de alguna acción es un día que nos acerca a algún tipo de desastre, que no se remediará con lamentaciones o traspasos de culpas.

Está muy presente en la memoria nacional la tragedia ocurrida en El Cambray II, en el municipio de Santa Catarina Pinula, y esa lección debería aplicarse para el caso del puente Belice. Como se dijo en relación a lo ocurrido en esa colonia popular, el desastre no fue obra de la naturaleza sino de la irresponsabilidad y la inacción de las autoridades competentes, sordas ante las advertencias de la CONRED.

Un temblor de elevada intensidad, que ocurra en cualesquiera de las casi constantes horas pico de ese tramo inicial de la Carretera CA-9, podría ser suficiente para provocar el colapso del puente y una tragedia humana inimaginable.

¿Es esto alarmismo? Que lo digan las entidades competentes, con responsabilidad y con estudios técnicos, seguidos de las acciones básicas que han dejado de hacer.

Por eso reiteramos la pregunta con que titulamos este espacio editorial: ¿Actuarán ya, o van a esperar el colapso?

Publicado el 28 de enero de 2016 en www.s21.com.gt por Editorial Siglo21
http://www.s21.com.gt/editorial/2016/01/28/actuaran-ya-van-esperar-colapso

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