Los candados fundamentales para la transparencia

Los candados son, en la jerga fiscal, aquellos artículos de la Ley de presupuesto que impiden que el gobernante gaste los fondos públicos a su antojo y discreción. El presupuesto es ese acuerdo político entre el Ejecutivo y el Legislativo para dar a los recursos fiscales un fin y una naturaleza determinada. Ese es el punto de partida del equilibrio entre fuerzas y visiones de país diferentes. Eso es lo que se llama democracia.

Si 36% de los ciudadanos con derecho a voto eligieron al Sr. Morales, apenas 5.4% votó por sus diputados de listado nacional y menos de 3% lo hizo por sus distritales. Hay que tener claro, por lo tanto, que más del 30% de los electores de Morales también lo fueron de los otros diputados. Ambos mandatos deben respetarse igualmente, ninguno es más importante que el otro. Y en el caso de los electores de Morales fueron ellos mismos los que decidieron que fueran otros partidos los que le fiscalizaran.

La comisión de Finanzas del Congreso ha querido mostrar buena voluntad al solicitar a FCN-N su propuesta de presupuesto lo más detallada posible. No les quedaba otra cosa, pues asaltada para ser la fuerza de choque del hipotético gobierno Baldizón, al fracasar este en su intento, todo lo diseñado por su aliado PP no tiene ya sustento. No obstante, el numeroso grupo de negociadores coordinado por José Ramón Lam perdió la primera semana en evasivas. Lo único que hasta ahora ha ido quedando claro es que lo que le urge al presidente electo es comprar medicinas para hospitales. Ha sido esa su reiterada afirmación ante distintos entrevistadores, a pesar de que dice tener como referente la propuesta del PNUD/Segeplán Katún 32 en la cual para nada se propone que la política de salud deba ser principalmente hospitalaria, mucho menos que el problema central sea la compra de medicina.

En lo que se refiere a los recortes, sus operadores ya tienen un norte: Morales ha sido insistente al decir que reducirá al máximo los gastos de la Secretaría de Relaciones Públicas de la Presidencia y la Comisión de Transparencia. Pero los diputados no pueden trabajar sobre supuestos o declaraciones ante la prensa, esperarían un detalle del gasto para poder modificar el proyecto de ley enviado por el Minfin patriota. Lam mismo, cuando aún era analista del Ipnusac y no se habían descubierto sus plagios, criticó la vaguedad y poco control que la propuesta de presupuesto para 2015 había presentado el gobierno de Pérez Molina.

De esa cuenta, lo que ahora asusta es la petición por eliminar los candados en el presupuesto, cuando estos son la garantía que el ciudadano tiene que el Ejecutivo no usará los recursos públicos para satisfacer ajenos intereses. La promesa de no corrupción pasa, necesariamente, por la total y efectiva transparencia, que implica aplicar los escasos recursos públicos en aquellas acciones que efectivamente traerán beneficios a los ciudadanos y no solo a los amigos y socios de los gobernantes y sus altos funcionarios.

Es Morales quien tiene que pedir y proponer candados, y no solicitar mano suelta para gastar el dinero de todos. La lucha contra la corrupción empieza dejando claro que los recursos irán a un determinado destino, que hay claridad de metas y no simples reacciones personales. Es evidente que alguien acusado de plagio, con evidencias a mano, será de muy poca confianza para cualquier interlocutor, por lo que no solo hay que insistir en los candados, sino retirar al negociador de los espacios públicos.

Morales Cabrera nos puede demostrar si en serio es un político diferente o si está hecho de la misma masa de los que ahora están detenidos.