¡Es el presupuesto, estúpidos!

Por ello, si de verdad queremos saber cómo nos irá con el gobierno de Jimmy Morales, debemos analizar el presupuesto 2016, sin perdernos en nimiedades, preguntándonos si él es Nito o es Neto, dos de los personajes que solía interpretar. Durante la campaña electoral de EE. UU., en 1992, la economía estaba en recesión, por lo que James Carville, asesor de campaña de Bill Clinton, acuñó la frase es la economía, estúpido, para connotar que el elector debía fijarse en lo esencial: la crisis económica interna.

Ese enfoque fue crucial para el triunfo de Clinton, quien sacó a su país del bache y lo ubicó en uno de los períodos más largos de bonanza económica.

Adapté la frase de Carville, para decirles a políticos, empresarios y diputados que el tema presupuestario es crucial en este momento. A la crisis político-institucional desatada desde abril, ahora se suma una crisis presupuestaria, que está a punto de sumirnos en una situación de impago de deuda internacional, lo cual impactará en la calificación de riesgo-país, y puede provocar un freno o retirada de la inversión extranjera directa.

El ministro de Finanzas, acaba de declarar ante el Congreso que, debido a una baja en la recaudación tributaria de Q3 mil 620 millones, el Estado no cuenta con los Q1 mil 100 millones que hay que pagar antes del 15 de diciembre, por el servicio de deuda.

Si no pagamos, nos cierran los préstamos blandos de la banca internacional de desarrollo, y nos impondrán planes de austeridad y empréstitos leoninos, como a Grecia, que implicarán mayores privaciones y sufrimientos para los pobres. La inescrupulosa solución propuesta por la Junta Monetaria es que nos endeudemos más, con bonos caros, para pagar una deuda con intereses bajos, emitiendo un paquete de bonos del Tesoro por Q7 mil 511 millones.

Los banqueros nacionales los comprarán felices para ganar 9%, para que nosotros paguemos una deuda internacional pactada, en promedio, al 4.3%. Así, los multimillonarios evaden impuestos, para que haya déficit fiscal y el Estado les pida prestado, obteniendo grandes ganancias, como banqueros y como evasores. Todo lo anterior, a pesar de que el Banguat estima que, este año, nuestra economía crecerá 3.9%, un crecimiento superior al de EE. UU., en 34%. El nudo está en la baja recaudación de una SAT podrida, en los privilegios fiscales, en la ineficiencia del gasto y en la corrupción. Hace un año, este Congreso corrupto redujo el proyecto de presupuesto y transfirió Q1 mil 965 millones al CIV ¡sin destino específico! dándole al PP y a Líder un enorme fondo de campaña. Ante esta cloaca, nadie quiere pagar impuestos.

La clave está en recaudar más, gastar mejor y erradicar las exenciones y la corrupción. Pero eso requiere de un gobierno capaz, probo y eficiente, que no tendremos.

En un análisis preliminar, el Icefi advirtió sobre el proyecto de presupuesto 2016: a) La carga tributaria va en caída, en relación al PIB; b) pésima situación para privilegios fiscales, como la nueva ley de maquilas; c) el 93% del déficit fiscal se pretende cubrir con bonos; d) el gasto prioritario es insuficiente, sin efectividad ni calidad, sacrificando la inversión social; e) urgen mecanismos de transparencia fiscal y un debate público sobre el presupuesto.

Dudo que los banqueros y diputados reflexionen. Nuevamente se requerirá que la ciudadanía salga a la calle y los someta al grito de: ¡Somos el poder soberano, estúpidos!