Gracias por olvidarme, mis fisiquines

Lo mejor que le pudo haber pasado a Roxana Baldetti es renunciar: vacaciones anticipadas de un largo proceso de, digamos, desgaste autoinfligido. Experta en cortinas de humo, mientras detrás de cámaras nos robaba a diestra y siniestra a través de imperios ilícitos paralelos al Estado; nos distraía con un burdo acto de ilusionismo y aguas mágicas de Amatitlán.

La presión ciudadana que se hizo escuchar por la indignación que conmocionó al país, fue un detonante para que la ridiculez de vicepresidenta que aguantamos por tres años saliera por fin; según ella, presentando la renuncia en teoría, pero en la práctica echada de su trabajo por la puerta trasera. Hasta allí todo bien. Sin embargo, las manifestaciones de los sábados se empezaron a volver un popurrí de denuncias, que con justa razón los guatemaltecos teníamos en el tintero y se pueden ejemplificar a través de sus hashtags: desde el #renunciaYa ahora para Pérez Molina, pasando por #NoTeToca para Baldizón, #TampocoLesToca para toda la fila de nefastos que pretenden llegar a la presidencia, #ReformaYa para lograr reformas y cambios de raíz en la Ley Electoral y de Partidos Políticos, #JusticiaYa para que se aplique la justicia de forma efectiva y rápida a todos los saqueadores del Estado, y en fin, el sentido original de exigir la renuncia pasó a denuncias de todo tipo. No tengo ningún problema con ello, solo que alguien debe estar muy contenta: era tanto lo que tenía que denunciarse que la moción original de solicitar justicia en el caso La Línea, se perdía bajo un manto de desenfoque ante tanto cartel y ruido. La Baldetti pudo descansar al ver que su nombre había logrado disiparse entre el del Maldición, diputados, Cacif, etc.

A más de dos meses del destape del escándalo de La Línea, la Roxy podría decirnos hoy, desde su cómoda sala de cine en su casa de Los Eucaliptos: ¡Gracias por olvidarme, mis fisiquines! Por el retardado proceso se ha permitido incluso que toda la evidencia que pudiera sustraerse se haya manipulado y desaparecido. Se ha permitido que esta mujer siga como si nada. Porque si fue a tribunales fue por decisión propia, alegando que no quería que le embargaran sus bienes. Si se cayó enfrente fue porque ella misma lo decidió así, pero no porque la ley la haya obligado a presentarse. Tenemos a una confesa “la-drona” (en un video ella misma se llama así, en son de burla, pero al cabo aceptando que eso es) que sigue libre, y que primero fueron a traer a los chinos del Pueblito para meterlos presos antes de que a la que orquestaba todo el negocio. ¿Qué más necesitan?

Y nosotros, como ciudadanos, no perdamos de vista el enfoque por el cual empezó todo: queremos ver a esta señora en la cárcel, porque ladrones de cuello blanco merecen lo mismo que un marero. Nos han tratado de desconcentrar: que si la embajada, que si se postergan las elecciones, que si Otto Pérez y Karen Fischer, que si Hichos, que si cualquier cosa para que olvidemos que Baldetti sigue libre. MP y Cicig: Hoy más que nunca, actuamos como testigos esperando a que se le lleve a juicio por todas las barbaries que cometió contra Guatemala.

Publicado el 03 de julio de 2015 en www.s21.com.gt por Juan Manuel Rodríguez García
http://www.s21.com.gt/tintes-matices/2015/07/03/gracias-olvidarme-mis-fisiquines

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