Más claro no canta un gallo

Debe sancionarse la corrupción y hacer valer el techo presupuestario a la campaña electoral.
Ciertamente, la ciudadanía finalmente dijo un claro NO a la corrupción y progresivamente se van viendo resultados de investigaciones sobre focos delincuenciales que por años se han dejado operar. 

Sin embargo debemos ser conscientes sobre el hecho de que parte del desastre que hoy se enfrenta se debe a la pasividad y el beneplácito con que se acoge a cualquier desconocido que aparenta ser exitoso sin preguntarnos sobre la capacidad o los vicios que le llevaron al éxito y al poder.

Hoy queremos cambiar. Queremos recuperar aquellos valores de antaño. Aquel reconocimiento natural que justamente se ganaba la gente trabajadora y honrada. Es la oportunidad de reconstruir los valores de una nación que se desenvuelva en el marco de la decencia, el respeto al orden establecido y la responsabilidad personal de su proyecto de vida.

Y debemos cambiar ante esa otra lacra espantosa que golpea a la nación con hechos criminales que se califican como “justicia por la propia mano” con lo cual se ha dado carta blanca a turbas asesinas que envalentonadas matan lentamente y con la mayor crueldad a cualquier sospechoso de haber delinquido, como ocurrió en días recientes cuando turbas criminales con saña y tremenda maldad dieron muerte a una joven en el pueblo Río Bravo.

Una nación que deja pasar esa corriente inhumana que se apodera cada vez más de grupos fascinados con la destrucción y el dolor ajeno, que aniquilan a quien se les ocurre, en absoluta ignorancia del derecho a la vida de toda persona en absoluto irrespeto a la ley, merecen castigo y no impunidad.

De manera semejante se ha dejado pasar a políticos que tienen un historial de ilegalidades y ejercicio perverso en el desempeño de los cargos que han ocupado tanto en el Organismo Legislativo como el Ejecutivo.

Por ello, la ciudadanía está identificando la importancia en el uso anárquico de recursos en las campañas políticas, especialmente las organizaciones punteras, que han rebasado por mucho los límites establecidos por ley en abierto desafío al TSE que en este proceso fue fijado en Q58,529,625 millones.

De allí que resulte tan fundamental demandar de manera urgente, la consistencia del Tribunal a efecto de determinar las sanciones que corresponden a cada uno de esos partidos que olímpicamente han burlado la normativa que regula los límites de gasto, tanto en la Ley Electoral como en el Código Penal.

La LEPP, en su Artículo 21 determina que: “Corresponde al TSE el control y fiscalización de los fondos públicos y privados que reciban las organizaciones políticas para el funcionamiento de sus actividades permanentes y de campaña…”.

Todo indica que los punteros han superado el límite establecido, y para colmo, ahora tras la convocatoria han multiplicado el gasto.

¿No sucederá nada? ¿Sucederá lo mismo que con el dinero mal habido de una corrupción que por años se ha tolerado y se ha dejado pasar? Qué pasa con el literal “g” que indica que “el incumplimiento de las normas que regulan el financiamiento a las organizaciones políticas conlleva la aplicación de sanciones administrativas o penales que determine la ley, así como la ‘eventual cancelación’ de la personalidad jurídica de la organización respectiva”.

Los ciudadanos debemos exigir que se cumpla la Ley Electoral y se prohíba continuar con gastos de campaña evidentemente ilegales. La población merece respuesta a la confianza depositada en el TSE.

Publicado el 27 de mayo de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Marta Altolaguirre
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150527/opinion/12946/M%C3%A1s-claro-no-canta-un-gallo.htm

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