Más que dádivas y promesas urgen planes de gobierno

El próximo 2 de mayo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dará el banderazo inicial para una contienda política que culminará en septiembre, cuando los guatemaltecos acudan a las urnas para hacer valer un derecho fundamental: elegir y ser electos.

De momento, Guatemala ha visto de cerca una campaña prematura, controversial e intensa, con algunas precandidaturas polémicas, pero sin información sustancial para el votante y, sobre todo, sin una propuesta para poner fin al debilitamiento que viven las instituciones en general y los tres poderes del Estado en particular.

Tampoco se percibe que los partidos políticos abran sus puertas a los jóvenes, y más bien insisten en mantener los mismos liderazgos y compadrazgos, al punto de convertir a estas instituciones en centros de poder individual, contrario a lo que debería ser una función social. Lo cierto es que, por segunda vez en la historia electoral reciente, existe el riesgo de que el partido de gobierno corra sin aspirantes a la Presidencia y Vicepresidencia, como ocurrió hace cuatro años con la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

Ahora más que nunca, es necesario que desde la próxima semana los candidatos que se inscriban en la disputa presidencial dejen de lado el marquetin, y prioricen una campaña de altura que conduzca a un verdadero debate de sus planes de trabajo y que formulen una agenda que abarque las necesidades prioritarias en salud, educación, desarrollo y, transversal a ello, la transparencia.

Será fundamental que las organizaciones de la sociedad civil y las misiones internacionales promuevan campañas y proyectos que llamen a la participación de la población, así como a la real investigación y análisis de los candidatos para no favorecer el desconocimiento al momento de emitir el sufragio, ya que parece utópico hablar de un voto razonado cuando existen enormes brechas de información entre la población y los políticios que buscan ser electos para ocupar un cargo público.

Los comicios generales deben ser el primer paso de un recorrido sustancial hacia una reforma constitucional, la cual debe permitir el fortalecimiento, no solo al sector justicia, sino también de la institucionalidad de entidades que contribuyen a la construcción de un Estado democrático y transparente, como el TSE, la Contraloría de Cuentas y los organismos Legislativo y Judicial, cuya credibilidad ha decaído en los últimos cuatro años debido a que se encuentran en uno de los períodos más críticos y cuestionados de la era moderna del país.

Publicado el 27 de abril de 2015 en www.s21.com.gt por Editorial Siglo21
http://www.s21.com.gt/editorial/2015/04/27/mas-que-dadivas-promesas-urgen-planes-gobierno

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