Un negocio con dudas que debe pasar por una revisión diáfana

La discusión que se ha generado en torno a lo efectivo, serio y probo de la concesión de los trabajos para limpiar el Lago de Amatitlán debe verse como algo positivo, en la búsqueda de una solución que permita sanear esta corriente de agua tan importante para el país. Pocas veces, como ahora, un asunto de tanta trascendencia es sometido al escrutinio público y ventilado o cuestionado con tanto rigor académico.

Más allá de la ceguera política o politiquera, tan común en un año electoral, con la que algunos líderes partidarios han abordado el tema, debe rescatarse la valentía y la contundencia con la cual defensores y detractores del contrato han expuesto y defendido sus argumentos. A diferencia de otros asuntos de interés general, este implica aspectos académicos y conocimientos especializados que lo alejan de la normal discusión diaria.

La limpieza del lago requiere salidas científicas y no espejitos que, además de costosos, puedan traer riesgos para el ecosistema. Por eso es importante la discusión que ha provocado el contrato, por excepción, que la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA) concedió a la empresa M. Tarcic Engineering, para la limpieza del manto, cuyos trabajos tendrán un costo de Q137.8 millones.

Básicamente, algunos académicos dudan de la seriedad y fiabilidad de los trabajos y resultados ofrecidos por la compañía, pues creen que, además, se trataría de soluciones coyunturales que no resolverían el fondo del asunto. El Gobierno, con la vicepresidenta Roxana Baldetti a la cabeza, defiende la concesión y afirma que a seis meses plazo los resultados estarán a la vista de los contribuyentes.

La prensa hace bien en someter a discusión el tema e investigar sobre el origen y el pasado de M. Tarcic Engineering. Y ha sido cabalmente en estas indagaciones, cuando se han descubierto algunos puntos oscuros que deben ser aclarados. Por ejemplo, es preciso que se informe sobre la composición del producto que se esparcirá sobre el lago, así como se deben esclarecer algunas referencias de esta compañía, como su sede en Guatemala y su pasado en Israel, donde supuestamente un producto suyo fue vetado por las autoridades sanitarias.

El plan para salvar el Lago de Amatitlán es algo necesario e impostergable. No es posible que los gobiernos continúen aplazando la solución y observando cómo se deteriora más y más este recurso natural. Sí, es importante avanzar y accionar, pero debe hacerse con seriedad, responsabilidad y transparencia; solo así se lograrán soluciones de largo plazo.

Publicado el 24 de marzo de 2015 en www.s21.com.gt por Editorial Siglo21
http://www.s21.com.gt/editorial/2015/03/24/negocio-dudas-que-debe-pasar-una-revision-diafana

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.