Estuardo Zapeta

Pero a los votantes les encanta escuchar tanta casaca. De hecho, los votantes chapines se mojan escuchando esas promesas inútiles. Y los candidatos lo saben, por eso se han propuesto jamás incumplir la promesa de “sexo gratis”.

Pero los electores novatos, premian a quien más prometa sabiendo que no cumplirá. A los votantes no les importa el cumplimiento, les fascina el show de ofertas, y entre más se luzca un candidato en sus ofrecimientos, y mejor es espectáculo, más votos tendrá de esos que luego serán quienes paguen con creces —muérome de la risa— lo ofrecido por el candidato.

Y “sexo gratis” podría ser una excelente estrategia.

El sistema, como ya un par de partidos lo han considerado, es ofrecer vales para “terapia de amor” (sexo, pues) a hombres y mujeres, y estos documentos serían canjeables en diferentes puntos del país. Uno de los puntos en el área metropolitana sería la clásica “Línea”.

En Chimaltenango, por ejemplo, el punto de intercambio de vales por “terapias de amor” sería el ya famoso Corredor Erótico Maya, ese lugar paralelo al túmulo más grande del mundo, a ese que le dicen “paso a desnivel”, sería uno de los centros de canje más grandes del Altiplano. El otro serían los prostíbulos en Xela, Huehuetenango, San Marcos Sololá, y Totonicapán.

Para ser “culturalmente pertinentes”, y por la escasez de prostitutas en el territorio maya, los partidos contratarán mujeres ladinas que estén dispuestas a vestirse de güipil y corte, cambien parcialmente la sintaxis para fingir una especie de “diglosia” ante los clientes que por miles abarrotarán el Corredor Erótico Maya.

Para el oriente la estrategia es más fácil, aunque un poco más dispersa. Pero, como argumentan los inteligentes políticos, la descentralización funciona. En Izabal y Petén, tal estrategia política no tiene problemas.

En Escuintla, Mazate, Reu, y la costa de Xela y San Marcos, la estrategia política de vales canjeables por “terapias de amor” ha sido anunciada y sin ser implementada ya es un éxito total.

Pero en la Verapaces es el único lugar donde dicho tipo de campaña política ha tenido tropiezos debido a la influencia de los curas de Carchá, pero los políticos, siendo como son, ya encontraron el punto débil de esos agitadores religiosos y les están llevando niños para el retozo sagrado.

Como sea, con todos sus bemoles, el populismo ha ganado a la sensatez, y la oferta de “sexo gratis” podría ser un éxito total. Ah, un pequeño problema: mujeres afiliadas a los partidos que den “terapias de amor” no ha sido difícil encontrar, pero hombres para que cambien vales a mujeres ha sido casi imposible.

Los interesados pueden llamar a los jefes de Campaña.