Sentido común

¿Lo hemos perdido?
 
¿Por qué se le llamará así al que dicen que es el menos común de los sentidos? Sensatez, prudencia, razonabilidad. Esas son algunas palabras que vienen a la mente, cuando por medio de sinónimos, uno trata de comprender qué es y por qué algo que pareciera tan fácil, es realmente tan difícil. Entre menos pensamos, más reaccionamos. Mejor dicho, entre menos razonamos, más actuamos intuitiva o impulsivamente.

Pues tenemos que estar conscientes que, ciertamente, no todo pensamiento es razonamiento. Al leer ciertas noticias de esta semana, me pregunto qué tanto se fomenta el sentido común entre nosotros. No es cuestión solamente de gobernantes, sino también de gobernados. Si todos ejerciéramos el sentido común, deberíamos estar más ocupados construyendo el futuro de nuestros hijos y nietos. Si cumpliéramos ciertas obligaciones ciudadanas ordenadas por la Constitución, deberíamos reaccionar de manera mucho más categórica ante la evidente descomposición de nuestro sistema político, si es que lo podemos llamar “sistema”. Pero ciertamente, la exigencia de actuar con sentido común se hace más elevada para aquellos quienes, con sus actos y con sus omisiones, se ocupan del poder público. ¿Será que, en particular, la generalidad de los funcionarios tienen la facultad de juzgar razonablemente las cosas? Si fuera así, no sería necesario estar analizando a profundidad si la Vicepresidenta puede o no realizar actos de campaña electoral municipal, sin dejar de ocupar su alto cargo. Simplemente, por sentido común, o renuncia y se dedica de lleno a su candidatura, o se dedica de lleno a su cargo y renuncia a la candidatura. Pero, ¿por qué pretender que lo lógico, lo razonable, es hacer las dos cosas a la vez? ¿Es eso sensato? Si efectivamente fuese cierto que no se lo prohíbe la Constitución, ¿no es aún así más cauto hacer una u otra cosa, pero no ambas? Igualmente, el acuerdo del Ministerio de Gobernación que, “paradójicamente” al pretender regular el acceso a la información, realmente lo restringe. ¿Será prudente, mesurado o juicioso, en plena víspera de convocatoria electoral, estar demostrando prepotencia y abuso en el ejercicio del poder? Pero para volver al sentido común de todos los ciudadanos: ¿será ponderada la comparación del retorno de Portillo, con el retorno de Arévalo, en los años cuarenta? Son tan profundas las diferencias, que si no las vemos, es porque hemos perdido totalmente el sentido común.

Publicado el 30 de enero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Álvaro Castellanos Howell
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150130/opinion/7798/Sentido-com%C3%BAn.htm

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