Inaudito sacrificio de dirigentes sindicales

Sin embargo, el burócrata de mediana jerarquía cuyo nombre me reservo para evitarle represalias y quien ha ido ascendiendo posiciones a base de largos años de trabajo decente y que no ha sido destituido por los distintos ministros que se han sucedido en esa cartera porque los conocimientos que ha acumulado lo convierten en alguien indispensable, me preguntó retóricamente: –¿Y por qué creés que aparece al lado del líder magisterial Joviel Acevedo, el Presidente, jefes de bancadas del Congreso y otros corifeos del régimen en apoyo a la aprobación de bonos del tesoro?

Además –agregó– –“Si tanta es tu duda te puedo conseguir copia del pacto colectivo de condiciones de trabajo firmado por ese farsante y compinches con el destituido exministro Jorge Villavicencio, y te darás cuenta de todas las prerrogativas que gozan esos sindicalistas, mientras que en los hospitales se carece de medicamentos y a cientos de trabajadores del sector salud se les adeudan salarios desde hace meses, incluyendo a decenas de médicos del interior del país”

Según esta versión que yo consideraba insólita, el notorio Luis Lara, secretario general del citado sindicato tiene asignados mil quetzales diarios en concepto de viáticos cada vez que cumple con funciones propias de su calidad de dirigente sindical, que suele ocurrir la mayoría de los días de todos los meses, según lo acreditan los restantes miembros del comité ejecutivo del influyente sindicato, individuos que también perciben ingresos que van de Q400 diarios para los vocales hasta Q800 al día para el subsecretario general del SNTSG.

Mi interlocutor desveló que Lara dispone de vehículo oficial y gasolina para sus desplazamientos y le cubren su seguridad física seis escoltas, tres por dos turnos que se relevan, fuera de otras canonjías.

Todavía no termino de asimilar presunta conducta de un sindicalista que es reelegido como vulgar diputado tránsfuga y venal.

(El afiliado sindicalista de Salud le aconseja al novato empleado Romualdo Tishudo: –No te apurés mucho, que aquí lo único que corre es el viento que se cuela por las ventanas).