Con esto se ratifica que el país continuará su marcha inexorable por el aumento del endeudamiento, porque las condiciones para lograr esos objetivos siguen siendo precarias, ya que la recaudación tributaria, que es el principal soporte de ese nuevo plan de gastos, se mantiene deficitaria, o cuando menos lejos de alcanzar las metas asignadas, lo cual se ha venido incumpliendo durante los últimos años.
En su más reciente comunicado, la Junta Monetaria se libra de responsabilidades al afirmar que solo emite opinión y que nada tiene que ver con el destino de los bonos, y en todo caso se recomienda que el déficit no pase del 2 por ciento, lo cual implica mantenerles el freno de mano a los funcionarios y a quienes finalmente aprueban esos proyectos de gastos, o sea los diputados, quienes se han caracterizado por la poca responsabilidad en el manejo de los recursos públicos, a los cuales siguen viendo como un potencial flujo dinerario cuando se orientan a infraestructura.
Lo cierto es que por más que los organismos técnicos emitan recomendaciones puntuales acerca de cómo mantener el equilibrio entre ingresos y gastos, siempre ha sido difícil su cumplimiento, debido a que los políticos únicamente velan por sus particulares intereses, y por ello es que constantemente se les debe estar recordando la prudencia en las adquisiciones, algo que, si no se acata, terminará pasándonos a todos una carísima factura, como ya se vislumbra, y por lo cual hasta las futuras generaciones deberán aportar para cumplir con los compromisos.
A ello se debe que en los últimos años el endeudamiento se haya acrecentado a niveles mucho más acelerados que en administraciones anteriores, porque la visión de los políticos tiende a divorciarse de los proyectos de Nación y buscan atender más el crecimiento de una masa burocrática con propósitos clientelares que en nada contribuyen al desarrollo nacional y desatienden inversiones estratégicas que pueden apuntalar un aumento mucho más sano, que permitiría rebasar ese incremento que apenas nos mantiene en esa precaria estabilidad.
Uno de los mayores problemas en torno a las finanzas públicas es que la dinámica económica continúa en la tendencia estacionaria, que en nada cambia los grandes indicadores macroeconómicos, como se puede constatar con el frecuente incumplimiento de las metas tributarias. Si a esto le sumamos que el país tampoco mejora en la captación de otros ingresos, seguiremos viviendo un espejismo por presupuestos abultados que se hacen insostenibles, porque nadie puede lograr mejoras a base de un mayor endeudamiento.
Publicado el 18 de noviembre de 2014 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre http://www.prensalibre.com/opinion/Nuevo-paso-hacia-el-endeudamiento_0_1250874907.html
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