El delirio de los insolventes

Gastan en boliche,  no en medicinas.
Faltan menos de 15 días para que venza el plazo legal para la aprobación del Presupuesto Nacional de 2015 y el gobierno está llevando la crisis administrativa al límite.


La falta de insumos y la agonía de la inminente ruina financiera no solo se vive en los hospitales, sino en muchas otras instituciones donde se han dejado de cubrir los gastos por servicios básicos, como electricidad y agua, y donde nadie sabe si habrá fondos suficientes para saldar la próxima planilla.

En muchas entidades públicas los funcionarios han recibido cartas y memos donde se les pide vigilar los gastos más intrascendentes –por favor apaguen la luz del baño– mientras en Guatecompras los grandes “jefes” dejan rastro de un despilfarro imperdonable.

El colega Alexis Batres publicó hace pocos días en Soy502 cómo, insólitamente, en medio de esta supuesta crisis presupuestaria, el gobierno gasta en nimiedades como manjares navideños, trajes de casimir, sofás nuevos y ¡torneos de boliche!

Esto último es quizá lo más escandaloso. ¿Qué hace la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, promoviendo una competencia en Metrobowl para premiar a sus empleados? ¿Acaso rebasamos con creces las metas de recaudación? ¿Podía encontrar el jefe de la institución, Carlos Muñoz, un momento menos oportuno para celebrar la inoperancia de su equipo?

En este país donde las cosas funcionan al revés, donde ocho magistrados de la Corte Suprema aplauden que un expresidente del Congreso vaya a sobornar jueces en lugar de retirarle el derecho de antejuicio, el jefe de la SAT organiza competencias de boliche para celebrar el buen estado de las finanzas públicas mientras el gobierno zozobra por impagos.

Si los empleados de la SAT dedican su tiempo a afinar su puntería en los bolos, si la preocupación más ingente del Superintendente Muñoz es lograr chuzas apuntaladas con hot dogs y cerveza fría, como para que alguien le quite de la cabeza al Presidente que es una buena idea “tercerizar” la recaudación fiscal y pagar por ello precios astronómicos que le dejarán las manos untadas a no pocos.

¿Qué decir de los pavos y las piernas que compró el Registro de la Propiedad? Luego de constatar las boyantes cuentas que acumulan los mandos medios de la institución, que en un año y en un solo banco (habría que ver los demás), se echan a la uña Q100 millones, tiembla uno de imaginar con cuánto se queda la exquisita artista que dirige la entidad.

Así las cosas, no es de extrañar que en la cúpula del Registro les remuerda la consciencia y quieran repartir entre los empleados al menos un pavo o una pierna de cerdo para Navidad… aunque a fuerza de tanto gasto quiebren a la institución.

Ante esta avalancha de críticas, la vicepresidenta Roxana Baldetti dijo que lo gastado en trivialidades son “centavitos” que no resuelven el abismo fiscal.

En efecto, el agujero financiero que han cavado es colosal, pero lo preocupante es precisamente que manejan el tesoro público haciendo gala de abuso y patrimonialismo. Los funcionarios están acostumbrados a hacer piñata con los recursos de los contribuyentes, sabidos de que nunca deberán rendir cuentas de sus derroches.

La Contraloría podrá callar y ver para otro lado, el Ministerio Público podrá seguir declarando que ellos no ven razón alguna para preocuparse e investigar, y la IVE puede silbar ante las cuentas millonarias que acumulan Personas Políticamente Expuestas, pero no está lejos el día en que se colme la paciencia de la sociedad.

En los próximos días, veremos el desenlace de la batalla por los bonos y la aprobación del Presupuesto. Estaremos atentos a señalar si en este pulso los actores se conducen con coherencia o si los domina la codicia.

Publicado el 17 de noviembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Dina Fernández
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141117/opinion/4928/El-delirio-de-los-insolventes.htm

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