El ataque a la impunidad en el país tiene aristas en las que las estadísticas son patéticas, principalmente en lo relativo al combate de la corrupción, uno de los flagelos donde el brazo de la justicia continúa quedándose corto.
Los crímenes de cuello blanco son los menos castigados y desdibujan las tareas de un Ministerio Público (MP) que concentra sus esfuerzos mayoritariamente en contrarrestar estadísticas que están detrás de los delincuentes que emplean violencia para sus fechorías.
La gravedad de nuestra situación se comprende un poco más con los datos mostrados en el último informe de la Contraloría General de Cuentas, donde se enumeran las denuncias hechas por malos manejos en el uso de recursos públicos, entre las que sobresalen tres instituciones con la mayor cantidad de reparos, siendo estas los ministerios de Salud y de Cultura y Deporte y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, que entre las tres acumulan 58 observaciones por la forma oscura en la que manejaron 319 millones de quetzales.
El mal y doloso manejo de millonarios recursos públicos en muchas dependencias no es algo nuevo, pues el informe presentado por la CGC se refiere a los cuatro años, en los que se continúan acumulando quejas, reparos y denuncias penales, sin que haya autoridad que pueda demostrar su compromiso contra la corrupción y, en consecuencia, pueda revertir esa tendencia que tiene el agravante de que existen escasas condenas por tan irresponsable y criminal conducta.
Solo en lo que va del 2014 se han presentado 144 denuncias penales contra entidades sospechosas de haber incurrido en manejos anómalos de fondos, pero, curiosamente, el mayor porcentaje corresponde al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, que encabeza la lista con 24 quejas en el MP, por la sospecha de haber incurrido en el mal manejo de más de 108 millones de quetzales, y aunque el Ministerio de Salud tiene menos denuncias, 16, la cifra en la que se evidencian malos manejos asciende a casi 132 millones de quetzales.
Uno de los casos más ilustrativos del festín que se dan algunos burócratas con el manejo de fondos es el Ministerio de Cultura y Deportes, donde pese a tener pocos recursos para las labores que debe desempeñar, es donde más abundan los casos irrisorios, como la compra de uniformes sobrevalorados o adquisición de pelotas e implementos que les sirven a los gobernantes de turno para propósitos clientelares, que lo que menos buscan es servir de aporte al fomento de actividades culturales.
La corrupción en Guatemala es uno de los mayores lastres y sus negativos efectos equivalen a los daños que pueden causar las epidemias en algunos países en vías de desarrollo, pues hay que entender que cuando las auditorías del Estado presentan esas denuncias por la mala administración de fondos públicos esto apenas es una faceta de la corrupción, pues la malversación es la más irresponsable forma de conducta que un funcionario puede demostrar en el ejercicio de sus funciones, pero a ello hay que sumar que existe otra parte, mucho más jugosa, que ni siquiera ingresa en las arcas nacionales.
Publicado el 21 de octubre del 2014 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre http://www.prensalibre.com/opinion/La-corrupcion-sigue-invariable_0_1234076589.html
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