Diputados en subasta

El Congreso se ha convertido en un auténtico mercado, en donde los diputados están en subasta pública, al mejor postor, al quien da más.
 La degradación llega a tal punto que el Gobierno ni siquiera se inmuta cuando pierde diputados, porque está seguro que conseguirá nuevos legisladores en la plaza o, en su caso, cooptará los que sean necesarios para la aprobación de sus iniciativas de ley. En dos platos, pura política práctica.

 A estas alturas, el transfuguismo ya es irrelevante, porque, por medio de la compra de voluntades, siempre se logran las mayorías requeridas para aprobar los proyectos de ley, incluso de urgencia nacional (con el voto favorable de las dos terceras partes del número total de diputados) y sin la farsa de un debate.

 Por tanto, los esfuerzos en pos de limitar o prohibir el transfuguismo en el Congreso serán intrascendentes, mientras no se haga una reforma estructural del sistema político-electoral. Como están las cosas los politiqueros siempre se seguirán entendiendo. No hay ideologías, principios, valores, virtudes, escrúpulos ni vergüenza. Todo se reduce al tanto más cuanto.

Por supuesto, la demanda de apoyo a los proyectos de ley que le interesan al Gobierno o a los financistas de las “alegres elecciones” genera su propia oferta. Y, al final de cuentas, todo es cuestión de precio. En todo caso, lo peor que podría pasar no es la ingobernabilidad, como algunos incautos piensan, sino que aumente el precio de la transacción. Y como el dinero que se reparte no tiene dueño, porque proviene de los impuestos o de un mayor endeudamiento público, a nadie le importa.

Exactamente igual que en la época del gobierno presidido por Jorge Serrano Elías (1991-3). En aquel entonces, el régimen serranista se valió de los “sobres bajo la mesa”, para fines de comprar votos de los congresistas de oposición e independientes, que no era otra cosa que un vil soborno. La consecuencia fue que los diputados fueron elevando la tarifa del soborno hasta que para el Gobierno fue demasiado, se volvió inmanejable o, simplemente, colmó la paciencia de Serrano. Finalmente, el exgobernante Serrano Elías decidió que ya no repartiría más (a cuenta de qué si podía quedarse con todo) y se le ocurrió dar el autogolpe, disolver el Congreso y asaltar al Organismo Judicial.

El siguiente “combo legislativo” ya está a la vista: Bonos, otro presupuesto gigantesco y el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 12 a 15 por ciento, para complacer a los entusiastas “militantes tributarios” y a los usufructuarios del erario (por no decir saqueadores de las arcas nacionales), que creen que el pisto de la gente se da en macetas.

Publicado el 17 de octubre del 2014 en www.elperiodico.com por Editorial el periodico
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141017/opinion/3476/Diputados-en-subasta.htm

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