HUGO MAUL R.
En materia económica le espera un negro futuro a la región.
“Nuestra región afronta tiempos difíciles… para afrontar esas dificultades va a ser clave un impulso claro a reformas que potencien la productividad y un esfuerzo importante para espolear la inversión, al tiempo que se mantienen marcos creíbles de política” monetaria y fiscal”, afirmó el director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI. En otras palabras, en materia económica le espera un negro futuro a la región. Los tiempos de los altos precios para los productos de exportación y crecientes flujos de inversión extranjera han quedado atrás. Muchos países, entre ellos Guatemala, desperdiciaron tiempos relativamente buenos para hacer reformas profundas a su estructura económica; reformas económicas que, como dice bien el FMI, permitieran acrecentar la productividad del aparato económico, propiciar mejores condiciones para la inversión, incrementar la creación de empleo formal y solventar profundos desequilibrios fiscales y monetarios. No haber realizado esas reformas en su momento tendrá importantes costos para los países de la región. Como mínimo, ahora hay que afrontar esas reformas en un ambiente económico más hostil y bajo condiciones más apremiantes que antes.
No obstante, muy pocos son los que comprenden la gravedad de esta situación y menos todavía los que se preocupan de las consecuencias de la misma. En el debate nacional se discuten todo tipo de temas, menos las implicaciones que podría tener para el país un prolongado periodo de bajos precios para los productos de exportación; disminución en los flujos financieros que ingresan al país; reducción en los flujos de remesas; endurecimiento de las condiciones crediticias internacionales; menores oportunidades de empleo, etcétera. El futuro que se avecina demanda que los políticos de turno reconozcan la necesidad urgente de iniciar reformas de carácter estructural, en lugar de seguir parchando las políticas existentes; que comprendan que cada vez será más complicado y costoso conseguir fondos “frescos” para financiar el gasto público; que cada vez será más difícil aumentar la carga impositiva sobre los ciudadanos, y; que cada día se agudizará más la falta de oportunidades y empleo.
Es el momento para reconocer que no se pueden seguir haciendo promesas imposibles de cumplir; aumentando el gasto público sin criterios claros de transparencia, efectividad y calidad; inventando estrafalarias y costosas medidas de política pública de dudosa necesidad y efectividad, y; estructurando faraónicos proyectos imposibles de ejecutar. No se puede seguir en una continua negación de los difíciles tiempos que se avecinan. La dirigencia política del país, sobre todo la que ya se encuentra inmersa en la desenfrenada carrera electoral, debe reconocer que los tiempos económicos están cambiando, que cada vez será más difícil cumplir con cualquier tipo de promesa y cada vez serán más costosos y contraproducentes los errores de siempre.
Publicado el 14 de octubre de 2014 en www.elperiodico.com.gt http://www.elperiodico.com.gt/es/20141014/opinion/3297/Tiempos-dif%C3%ADciles-a-la-vista.htm
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