De acuerdo con un análisis efectuado sobre los informes mensuales de precios, que envía la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la inflación alimentaria de mayo a agosto (los más recientes registros de la institución) llega a duplicar el índice de precios regular (que aglutina a todos los sectores), que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta tendencia al alza es perceptible desde abril, señala Adoniram Sanches, oficial principal de políticas de la FAO, quien añade que, en agosto, la inflación alimentaria en Guatemala llegó a 8.6%, frente al 3.7% de la inflación general”.
El experto refiere que las tasas de inflación alimentaria por sobre la general es una situación recurrente en varios países de la región. “Lo anterior es relevante sobre todo entre los más pobres, dado que su estructura de consumo difiere de los promedios nacionales, pues son ellos quienes destinan una proporción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos”, sentencia.
De ahí que, concluye Sanches, un alza en el precio de los alimentos tenga impactos diferenciados, afectando de mayor forma a los más pobres.
Agrega que la presencia de precios altos en los productos alimentarios impide que las capas de población de menores ingresos puedan acceder a la comida. En este sentido, opina que hay diferentes formas de atenuar dichas alzas y recuerda que algunos Estados realizan intervenciones solamente mediante política monetaria, pero “otros derechamente fijan precios oficiales o bandas”.
El especialista cree que el hecho de garantizar precios estables y razonables debe ser parte de la agenda pública de un país. “La evaluación de dicha herramienta solo podrá establecerse una vez que se observen efectos positivos en el consumo y sus repercusiones en el sector productivo”, reitera.
Factor especulación
Para el analista económico independiente Carlos Martínez hay tres aristas que deben ser tomadas en cuenta al analizar los datos de la inflación alimentaria. La primera se refiere a que el encarecimiento que reporta el INE es un promedio nacional, en el cual el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas únicamente pesan el 28.75% sobre 100 puntos. “En un país donde el 54% de la población es pobre, obviamente gasta todo su dinero en alimentos y eso no se refleja en la inflación, porque la comida en un contexto social está subvalorado”. El experto señala que esta es la razón por la que siempre se refleja una inflación baja. “Es un problema de medición en la determinación de la inflación nacional, que esconde los aumentos sensibles”, expresa.
La segunda arista refiere a una práctica sistemática que, según él, se evidencia todos los años, cuando los agentes económicos aprovechan la coyuntura de escasez y “acomodan sus precios”. La inflación, en el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, es 2 o 3 veces mayor al promedio nacional. “La real es la que se siente en el bolsillo de la población”, menciona.
En este punto coincide el analista económico Carlos González, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), para quien es lógico que en los últimos tres meses se hayan incrementado estos valores, debido, en gran medida, a la especulación de parte de los agentes económicos. “Al saber que habría escasa lluvia y poca cosecha se especuló mucho con los precios”, afirma.
Como tercera arista, Martínez hace referencia al factor coyuntura del tema de la sequía prolongada que vivió el país hace unos días, afectando cosechas de granos básicos y otros. “Esto provocó naturalmente una escasez de oferta; es decir, le dio un empuje fuerte a los precios hacia el alza”, advierte.
Efecto tomate y maíz
El análisis extraído de los informes mensuales de precios de la FAO señala los productos que han influido tanto positiva como negativamente en los valores de los alimentos.
Entre los artículos que más destacan figura el tomate, que pasó de ser uno de menor incidencia en los primeros cuatro meses del año, a ser el de mayor en junio y julio pasados.
Caso contrario son las frutas de la estación, que pasaron de ser las de mayor influencia en febrero, marzo y abril, a ser la de menor ajuste en junio. El maíz destaca entre los granos con más preponderancia en julio, junto con la cebolla, que en marzo se ubicó en el de menor ajuste al alza.
Alimentos caros, salario estático
Erasmo Velásquez, director de la Escuela de Economía, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), es enfático al decir que el índice de precios de la canasta alimentaria es mucho mayor al índice de precios de la canasta total. “Eso significa que hay un castigo en el poder de compra de la población de menores ingresos, en particular, de quienes dependen del salario mínimo, pues se les reduce más su capacidad de adquisición de compra”.
Compara el costo de la canasta alimentaria versus un salario mínimo. “Cuando vemos que el costo de la canasta alimentaria está alrededor de Q3 mil, mientras que el salario mínimo incluido el bono estaría alrededor de Q2,500 se nota un desfase de Q500, que representaría un 25% de déficit”, interpreta.
Dice que en el mediano y largo plazo, si los precios siguen aumentando y el ingreso es casi estático, “se generará una brecha en la inflación alimentaria versus en el salario de los trabajadores”, lo que, agrega, equivale a una pérdida del poder adquisitivo en el mediano y largo plazo.
Recuerda que en países como Costa Rica, el ajuste del salario está en función al incremento de los precios; al darse esa situación “se mantiene el poder adquisitivo” de la moneda.
Refiere que los alimentos siempre han sido sujetos de una situación estacional, por lo tanto, el efecto de la sequía prolongada se verá en los próximos meses.
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“Significa que hay un castigo en el poder de compra de la población de menores ingresos, en particular, quienes dependen del salario mínimo, pues se les reduce su capacidad de adquisición”.— Erasmo Velásquez, Escuela de Economía, Usac
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“(La mayor inflación alimentaria) es relevante, sobre todo entre los más pobres, dado que su estructura de consumo difiere de los promedios nacionales, siendo ellos quienes destinan una proporción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos”.— Adoniram Sanches, Oficial de políticas, FAO
En Cifras
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8.6 por ciento registra la inflación alimentaria de agosto, más del doble del 3.7% de la general de ese mes, según la FAO
Publicado el 16 de septiembre de 2014 en www.s21.com.gt por Natiana Gándara http://www.s21.com.gt/pulso/2014/09/16/inflacion-alimentaria-duplica-indice-precios-normal
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