Populista es el político que, con el ánimo de granjearse la simpatía de las masas populares, apoya la implantación de políticas redistributivas sustentadas en un irracional, discrecional e incontrolable gasto público, y promueve con frenetismo el clientelismo político, que se traduce en el intercambio de favores por votos.
Todos los países latinoamericanos han sufrido los efectos devastadores del populismo. Generalmente, un déficit fiscal gigantesco, producto de un gasto público ilimitado, ha generado alzas de precios desproporcionadas, en algunos casos hiperinflaciones, que han empobrecido a las poblaciones a las cuales los populistas intentaban socorrer; así como especulación, fuga de capitales, quiebras, destrucción de empleos productivos, pérdida de competitividad empresarial e imposibilidad de planificar y de proyectar.
A la par del gasto público irracional y de espirales inflacionarias exorbitantes, han venido las consiguientes devaluaciones monetarias que han destrozado la credibilidad en la moneda nacional y, por ende, dolarizado de hecho las economías latinoamericanas, y los monstruosos endeudamientos públicos externos e internos, prácticamente impagables.
El populismo también ha favorecido el surgimiento del Estado burocratrizado y reglamentarista que antepone el principio de la redistribución insensata y cortoplacista al de la generación de riqueza e ingresos reales, que concede privilegios y monopolios, y que fomenta el despilfarro, la corrupción, la impunidad y, por supuesto, el crecimiento de la economía brutal (crimen organizado).
No nos debe caber la menor duda, entonces, de que el populismo solamente trae gasto público irracional e improductivo, déficit fiscal desproporcionado, inflación imparable, estancamiento económico, desinversión, desempleo galopante, inestabilidad social, económica y política, violencia generalizada, miseria y desesperación.
La única manera de salir del círculo vicioso de la pobreza y la miseria, es a través de la atracción de inversiones productivas, del fortalecimiento de la competitividad, de la generación de empleo, de una educación pertinente y basada en el mérito y la tecnología, así como de una profunda reforma política e institucional del Estado. ¡Lo demás es lo de menos!
Publicado el 02 de septiembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Editorial El Periodico http://www.elperiodico.com.gt/es/20140902/opinion/1264/Populistas-al-ataque.htm
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