Las pandillas y su amenaza a la sociedad entera

La Paz. Por paradójico que parezca, ese es el nombre del asentamiento en el cual las fuerzas de seguridad desbarataron esta semana un reducto de pandilleros dedicados a cometer cualquier tipo de delitos, armados con los más letales y variados artefactos.

Tras ver la fotografía de los aprehendidos, analizar el arsenal con el cual contaban y saber que convivían con un hombre muerto en el patio, presuntamente secuestrado, se forma uno fácilmente la idea de una situación grave que evidencia, además, el grado de deterioro social imperante.

Bolsas con cal utilizadas para facilitar la mutilación de los cadáveres o un altar para venerar a la “santa muerte” prueban la ausencia de principios morales o éticos de cualquier tipo, en tanto que el calibre de las armas en su poder (fusiles de asalto AK-47 y 6 granadas de fragmentación, entre otros) demuestran lo peligrosos que pueden ser hasta para la misma Policía.

Para infortunio de todos, no se trata de un caso aislado, sino de una constante en los operativos policiales, o bien una constante en el acoso que a diario sufren los vecinos de casi todas las colonias y barrios de la metrópoli.

Es por panoramas como el descrito, que adquiere tanta importancia el proceso de elección de candidatos a magistrados para las salas de Apelaciones y para la Corte Suprema de Justicia, pues de ello depende tener o no en esos puestos a personas idóneas y lograr así que el largo brazo de la ley alcance a estos sicarios.

Si finalmente estos importantes cargos en la administración de la justicia en el país caen en manos de grupos interesados más en medrar del sistema o simplemente de garantizar impunidad a sus patrocinadores, aquellas gavillas más bien se multiplicarán. Y también sus víctimas.

En cambio, si como parte de esa escogencia de candidatos se lleva adelante un proceso sano, aun con todos sus contratiempos, es más probable que finalmente el sistema de justicia completo dé con esos grupos y los refunda en las prisiones, alejados de los vecinos honestos y trabajadores.

Claro que hay muchos matices y claroscuros en el medio, y que deben entenderse los cambios como transiciones. Sin embargo, son estos momentos de renovación los que deben aprovecharse para empezar a terminar con la impunidad.

Los pandilleros, sea cual sea su origen, sea cual sea su edad y sea cual sea su grado de peligrosidad, no pueden tener a zonas enteras del país como sus guaridas de operación, pues en la medida en que así sea sus víctimas se multiplicarán, y con ellas los huérfanos y viudas.

Publlicado el 28 de agosto del 2014 en http://www.s21.com.gt/ por Editorial Siglo21 http://www.s21.com.gt/editorial/2014/08/28/pandillas-amenaza-sociedad-entera

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