El TSE lanza otra advertencia

Un documento que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) publicó ayer en un campo pagado tiene una contundente claridad en cuanto a la participación de los funcionarios públicos en la propaganda electoral, y aunque no lo señala explícitamente, se entiende que se refiere tanto a la que se practica en forma abierta como a la subliminal, muy cercana por lo mismo a la burla de los preceptos legales.
 

El TSE recomienda al presidente, la vicepresidenta, funcionarios y trabajadores   de los poderes del Estado y gobiernos municipales “abstenerse de participar en propaganda política anticipada a favor de la candidatura de cualquier funcionario y empleado público”, además de exhortar al Ministerio Público, a la Procuraduría General de la Nación y a la Contraloría General de Cuentas a que procedan  según los mandatos de la Ley de Probidad.

La opinión del TSE lleva de inmediato a pensar en quienes caben en esa actitud, y la respuesta es fácil de encontrar si se introduce el elemento del espíritu de la Ley. En este momento, los que participan en actividades que encajan en la propaganda política anticipada son el presidente Otto Pérez Molina   y el ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, a quienes se  puede ver juntos en la inauguración de cualquier obra realizada por la cartera de quien intentará ganar las elecciones el próximo año. Por su parte, también la vicepresidenta ha hecho presentaciones en público al lado del ministro, y el mandatario ha invitado a los ciudadanos a continuar la tarea del Gobierno.

El TSE, hace poco, suspendió a once partidos  que hacían campaña electoral, incluyendo al de gobierno, pero había quedado corto ante las acciones realizadas de tal manera que no parezcan propaganda. No se puede olvidar que es político todo acto en el que participen funcionarios, y que en el caso de la cercanía de las elecciones, se convierte en político-electoral, en proselitista y, por lo tanto, en parte de una campaña.

Mucho se ha hablado del tema de la participación personal del presidente en determinados actos que son parte normal de la tarea de un ministro de Estado, como sucede con quien tiene a su cargo lo relacionado con obras públicas. Esta asistencia se justifica y es correcta y políticamente adecuada en los casos en que el tamaño e importancia de las obras alcance niveles nacionales. Pero si se trata de pequeños tramos, reparaciones o recapeos de caminos, la presencia del gobernante no es la más aconsejable, porque se trata de actos intrascendentes que más bien buscan   la promoción del oficialismo.

Una forma de interpretar la recomendación del TSE es que el presidente y la vicepresidenta no deben asistir a un acontecimiento, por ejemplo inauguraciones, y dejar que el ministro sea quien lo haga e interprete esa presencia como parte de sus tareas. El TSE, con esta segunda decisión, parece dar un segundo paso para recuperar la fuerza legal que tiene en todos los temas relacionados con las elecciones, los partidos políticos y sus actividades.  Aunque evidentemente molesta a quienes hacen gobierno, despierta la confianza de los ciudadanos.

 
Publicado el 21 de agosto de 2014 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre 
http://www.prensalibre.com/opinion/TSE-lanza-otra-advertencia_0_1196880565.html

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