La base de la pirámide poblacional del país está constituida por jóvenes. El 68% de la población tiene menos de 30 años. Una cifra que puede generar cambios importantes en la sociedad, si tuviera las oportunidades para su desarrollo. En pleno siglo XXI este estrato de la población está condenado a la marginación y exclusión. Si se apostara a realizar una inversión adecuada y sostenida en educación, tecnificación, salud y seguridad para potenciar a los jóvenes, se superarían todos los rezagos sociales.
Sin embargo, el panorama que ellos afrontan es adverso. Es una población sin oportunidades de trabajo ni formación. La mayor parte de los jóvenes se desarrollan en trabajos precarios y en condiciones de explotación laboral.
Anualmente miles de jóvenes se suman a la población económicamente activa, pero el mercado laboral no crece al mismo ritmo. La subocupación en este sector se estima en 56%. En la actualidad más de un millón de ellos no estudian ni trabajan. Cada año, aproximadamente 200 mil jóvenes demandan acceso al mercado laboral, pero solo se generan 20 mil puestos de trabajo. Muchos deben desarrollarse en la informalidad, y la última salida que encuentran a sus carencias es emigrar a Estados Unidos.
Para afrontar estos desafíos, en 2005, un grupo de organizaciones de jóvenes promovió la creación de una política pública con el objetivo de establecer un marco orientador a las acciones gubernamentales para generar oportunidades e inclusión a ese vasto sector de la población. El documento fue elaborado en 2010 y se denominó Política Nacional de Juventud 2010-2015. Hace dos años el documento fue actualizado por el Gobierno y se instauró como Política Nacional de Juventud 2012-2020.
En el marco de la celebración del Día Internacional de la Juventud (establecido en 1999 por la ONU) Siglo.21 publica un reportaje que aborda el desentendimiento del Gobierno hacia este sector, especialmente por los pocos resultados que han emergido del Gabinete de la Juventud instaurado hace dos años, y de la política pública.
Para superar las exclusiones o desigualdades es necesario que el Estado destine recursos y enfoque sus acciones a atender a este grupo heterogéneo para construir una sociedad incluyente, próspera, democrática y equitativa.
Publicado el 12 de agosto de 2014 en www.s21.com.gt por Editorial Siglo Veintiuno http://www.s21.com.gt/editorial/2014/08/12/escenario-desalentador-para-juventud
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