Una posible solución para la crisis

La pregunta del millón es cómo realizamos esta difícil tarea.
 
Las noticias de los niños migrantes han conmovido a muchos en todo el mundo. Aunque no existen estadísticas reales, cálculos de las autoridades migratorias de Estados Unidos muestran que del 1o. de octubre de 2013 al pasado 15 de junio, más de 52 mil menores no acompañados han sido retenidos en la frontera. El problema ha sido catalogado como una crisis humanitaria debido al sinfín de peligros a los que estos miles de niños son expuestos con la idea de cruzar la frontera. Pero, ¿cuál es la causa raíz por la que estas familias se exponen de esta manera?

 

Sin ánimo de meterme a temas de política interna de Estados Unidos, me parece que se deben de privilegiar soluciones que trunquen el flujo de personas desde el origen en lugar de armar un gran dique para contenerlo. Para truncar el flujo desde la fuente, hay ciertas acciones que se pueden tomar de forma inmediata y otras que son de largo plazo. Las inmediatas incluyen estrategias como la aplicación de penas más severas para los coyotes, mayor comunicación a la ciudadanía de lo que realmente implica la política migratoria en Estados Unidos, entre otras. Estos parches de corto plazo no sustituyen las iniciativas que aborden las causas estructurales del problema.

Como muchos expertos han indicado, identificar la raíz de esta crisis humanitaria no es difícil. Óscar Arias, expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz de 1987, menciona en una reciente columna: “la causa raíz es la violencia y la pobreza que hace que la vida de estos niños en sus casas sea intolerable”. No es noticia que Centroamérica es una región donde las condiciones de vida son difíciles para gran parte de la población, no solo por los preocupantes niveles de pobreza, sino también por los altos niveles de violencia, desempleo, corrupción, etcétera.

La única solución viable a largo plazo es abordar los problemas estructurales que generan esta emigración en masa. Asuntos como seguridad ciudadana, educación de calidad, acceso a capacitación vocacional y aceleración a la generación de empleo, son los temas fundamentales que se deben de afrontar. Esto no según yo, sino según muchos miembros de la comunidad internacional y líderes de la opinión pública en todo el mundo. La pregunta del millón es, ¿cómo realizamos esta difícil tarea?

Para nuestro beneficio, cada uno de esos temas coinciden perfectamente con la agenda de Mejoremos Guate (MG), iniciativa que busca ser una hoja de ruta para el desarrollo integral del país. Algunas de las estrategias de MG son los Proyectos ACE (Aceleración de Crecimiento Económico), el Acuerdo Nacional de Desarrollo Humano, estrategias de Seguridad Ciudadana, entre otros.

Además, MG presenta como ventajas adicionales dos cosas: (i) el hecho que es respaldado por una fuerte inversión desde donantes locales y (ii) que goza de un esquema de seguimiento permanente. El mismo esquema de elección de proyectos fue diseñado para escoger aquellos que maximicen el retorno sobre inversión por cada quetzal donado, ya que se basan en estudios técnicos que identifican las formas más costo-efectivas de atender las limitantes estructurales que impiden acelerar el ritmo del desarrollo económico y social de nuestro país.

Mañana los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica y Estados Unidos llevarán a cabo una reunión en la que discutirán alternativas para afrontar este creciente problema. Esperemos que la discusión se oriente hacia soluciones de largo plazo y que atiendan las causas estructurales de la emigración. Esperemos también que construyan sobre iniciativas y proyectos existentes como los de MG, que buscan llevarnos hacia una Guatemala más próspera, más solidaria y más segura.

Publicado el 24 de julio de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Salvador Paiz 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140724/opinion/251375/

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