El TSE, desafiado

Parece una trama de “House of Cards”.
La decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de contener la coladera de campañas anticipadas en las que se columpian los partidos con más dinero, y de hacer valer su autoridad colocándoles entre tanto un “cepo” administrativo, fue correcta e hizo ganar a los nuevos magistrados un brillo de legitimidad entre la opinión pública que en esa entidad no se lucía desde hace algún tiempo. Pero, acto seguido, el agua comenzó a colarse por una rendija insospechada.

 

Técnicamente el TSE tiene razón: el ministro Alejandro Sinibaldi no hace campaña anticipada, aparece en los medios como funcionario público dando a conocer su trabajo y no emplea símbolos ni colores partidarios; además tampoco ha sido proclamado precandidato. Pero ese tecnicismo en contexto político ha sido interpretado como una ventaja intolerable concedida en la carrera electoral, al menos por un precandidato, Manuel Baldizón, justamente quien encabeza todas las encuestas de intención de voto. Vio la rendija que abrió el propio Tribunal, y por ahí se fue.

Las primeras reacciones a la decisión de Baldizón de “divorciarse” de Lider, el partido que él fundó y del que ha sido su máximo dirigente, para seguir en el terreno, sin símbolos ni colores partidarios, y no perder ventaja, ha levantado la controversia. Algunos califican su decisión como fraude de ley y otros como una acción astuta en el lindero legal. Se evoca el otro divorcio político que dejó fuera de contienda, desde las salas judiciales, a Sandra Torres en las pasadas elecciones. Al cabo, el de Baldizón ahora es un juego peligroso que desafía la autoridad electoral y pone abiertamente en la balanza la política (legal) y la moral (legitimidad). Las redes sociales están sacudidas. Pareciera una trama sacada de la serie de TV House of Cards, como si el ahora excongresista Frank Underwood y su esposa Claire, los protagonistas, cobran vida entre nosotros.

Desde aquella controversia Sandra Torres arrastra un antivoto voluminoso en centros urbanos y entre clases medias. No está claro el trasfondo del rechazo, pero en las encuestas el público alude a la moral y a la familia. Baldizón no tiene un voto duro notable en las áreas urbanas, pero tampoco un antivoto que lo hunda, y parece haber librado los escándalos de plagio de inicios de año. La historia que viene se asociará a pelea pura y dura con sus contendientes a través de la generación de corrientes de opinión pública. Pero más allá de esas vicisitudes, lo que está en cuestión es la gobernabilidad del proceso electoral y la autoridad del TSE. Su intención de emparejar el terreno de la competencia se le pone cuesta arriba: tendrá que volver sobre sus pasos y encontrar las herramientas para no perder el timón del barco.

 
 Publicado el 24 de julio de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Edgar Gutiérrez 
 http://www.elperiodico.com.gt/es/20140724/opinion/251376/

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