Salud cero

La salud en Guatemala es un tema que no ha recibido la debida atención, y cada presidente de turno se hace de la vista gorda y decide tirarle la brasa caliente al siguiente. Mucho se comentó en las redes sociales sarcásticamente sobre el requerimiento de la primera dama de operarse con urgencia y también cuando la vicepresidenta fue atacada con polvos no identificados. La pregunta era por qué razón no se atendieron en los hospitales estatales, en lugar de recurrir a hospitales cinco estrellas nacionales y extranjeros. Hubiera sido muy educativo para ambas damas visitar la emergencia del Hospital General, del Roosevelt o en el mejor de los casos ir al IGSS, para darse cuenta de la realidad del país y los lugares donde se atiende a la mayoría de los guatemaltecos. Estoy segura de que las dos señoras se hubiesen conmovido al ser pacientes de cualquier hospital nacional, porque no es lo mismo ver la miseria de cerca, olerla y vivirla; a escuchar rumores o simplemente tener en una hoja en la mano, con reportes que describen frías cifras.

Tampoco basta con hacer una aislada visita de médico al Hospital Roosevelt, como lo hizo el presidente Pérez, donde los pacientes reportaron que ni siquiera hay agua y jabón. Cada semana sale a luz un escándalo diferente sobre acusaciones de robo de medicinas y muestras médicas, el problema de los hospitales es de fondo y forma. Para resolverlo, el primer paso sería que el presidente aceptara la terrible situación y después hay que tener un poco de sensibilidad social y por un instante entender lo que tiene que padecer la pobre gente cuando se atiende en esas terribles circunstancias.

Otro grave problema son los medicamentos, que para colmo de males, comparativamente con precios de otros países de Centroamérica son los más elevados de la región. Algunos medicamentos vitales se duplican hasta en un 100% de su valor. Y casi 15 mil productos a los cuales las droguerías les han subido el precio desde hace más de cinco años, han ofrecido falsos descuentos del 35%. La falta de controles del Estado para evitar la publicidad engañosa es una vergüenza y un hecho intolerable para los guatemaltecos. Y si la prensa no hubiese revelado que existe un sobreprecio, la Diaco nunca hubiese actuado. La presión mediática puede ser pivote para iniciar un cambio, pero no puede resolver los problemas de fondo.

La salud es un problema de emergencia nacional, no puede seguirse posponiendo un día más. Para que se hagan una idea, en Estados Unidos se destina casi un 18% a salud, en relación con el producto interno bruto (PIB); en Costa Rica, un 10.9%, mientras Guatemala únicamente un 6.2%, según datos del Banco Mundial en el 2013.

En Guatemala quien no posee un seguro médico está a la deriva, porque el Estado no cumple con su deber primario de proteger a sus ciudadanos, incurriendo en un grave delito de omisión. Este tipo de abusos del Estado y también de empresarios que actúan bajo la sombra de la impunidad que este les brinda es intolerable, porque incluso hacen peligrar la vida y evidencian nuestro deficiente y fallido sistema.

Publicado el 23 de mayo de 2014 en www.prensalibre.com por Brenda Sanchinelli Izeppi 
http://www.prensalibre.com/opinion/Salud-cero-Brenda_Sanchinelli_Izeppi_0_1143485663.html

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