¿Desarrollo rural o desarrollo?

Hugo Maul R.

Análisis del CIEN puntualiza en la falta de estrategias definidas.
 
Lo que el país necesita es desarrollo. Así, a secas: desarrollo. Al final de cuentas, tal y como lo revelan las estadísticas de ingresos, empleo, educación, salud e infraestructura, el país afronta un problema de falta de desarrollo y de ausencia de estrategias definidas para lograrlo. Aunque existen diferencias abismales entre la realidad económica y social del área rural y el área urbana, en general, el país sigue afrontando serios desafíos en materia de desarrollo. Así, a secas: falta de desarrollo. En ese sentido, la diferenciación urbano-rural, aunque aporta riqueza analítica, en el fondo puede desviar la atención respecto de los retos de corte generales que afronta el país, desvíar la atención respecto de problemas estructurales que afectan tanto al área rural como al área urbana. Si bien algunas reformas económicas y sociales tendrían un impacto mucho mayor en el área rural que en el área urbana, la magnitud de los retos a nivel nacional es tan grande que resultaría más provechoso concentrarse en el desarrollo como tal, a secas, que creer que con ciertas intervenciones focalizadas en el área rural pueden superarse los mismos.

 

En ese sentido, la publicación del CIEN titulada Emprendimiento y Desarrollo Rural, presentada al público la semana pasada, concluye que las restricciones que limitan a estos dos temas, aparentemente tan lejanos y poco relacionados, son básicamente las mismas: bajos niveles de educación y capacitación de la población en edad de trabajar; inadecuada infraestructura productiva e institucional; limitado acceso de la producción nacional a mercados más amplios y rentables; falta de certeza jurídica sobre los derechos de propiedad; bajos niveles de inversión productiva, y escasa o nula capacidad de generación de empleo asalariado formal a gran escala. Si estas restricciones no se liberan de alguna manera, concluye la referida publicación, ni el desarrollo rural ni el emprendimiento tienen mayor futuro en Guatemala. En ausencia de mejoras sustanciales en estos campos, el emprendimiento seguirá siendo, en su mayoría, un emprendimiento por necesidad, de sobrevivencia. En ausencia de la liberación de estas restricciones, la población en el área rural seguirá sufriendo los mismos problemas que hasta ahora.

 

Importa poco, realmente, cuán novedosas puedan ser las nuevas aproximaciones a estos dos temas; el problema no es uno de cambios cosméticos, sino de transformaciones profundas en variables claves. Por ejemplo, en materia de desarrollo empresarial es limitado lo que puede lograrse por medio de facilitar el acceso al crédito o al capital de riesgo a las empresas por medio de programas de capacitación; competencias de planes de negocios; desarrollo de capacidad de innovación, etcétera. Lo mismo sucede si el desarrollo rural se limita a garantizar el acceso a políticas sociales asistencialistas a la población pobre del país, a dotar de tierra a ciertos grupos en el área rural, a continuar con programas no diferenciados de dotación de insumos agrícolas, etcétera.

Publicado el 13 de mayo de 2014 en www.elperiodico.com.gt 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140513/opinion/247228/

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