Los grandes retos de Thelma Aldana

El nombramiento puede ser explicado como consecuencia de haber sido quien tuvo mayor cantidad de puntos en las pruebas de postulación, pero tal argumento se debilita porque no en todos los casos se tomó en cuenta esta valoración a la hora de escoger a los seis aspirantes clasificados para la ronda final.

Sectores políticos del país se han pronunciado con ofertas de apoyar a la magistrada Aldana, y de calificar de acertada la decisión presidencial. Otros señalan como especulaciones los señalamientos de cercanía con el mandatario, quien es visto como alguien que tomó un riesgo con el nombramiento, porque quienes afirman que hubo presiones y, en general, los ciudadanos estarán pendientes de analizar el trabajo de la nueva fiscal, y la forma como enfrentará a las presiones que, sin duda, se le presentarán en el camino.

La funcionaria afirmó que propondrá una “política criminal” del Estado, en lo que de seguro debe entenderse como una política contra la criminalidad, para evitar malos entendidos. Tiene experiencia, porque fue presidenta de la Corte Suprema de Justicia y del Organismo Judicial, después de haber integrado la Cámara de Amparos y Antejuicios.

Las tareas de sus cuatro años en el cargo incluyen una larga lista interna de corrupción, una lucha por reducir la impunidad y el uso malicioso de recursos legales, pero también la acción contra el narcotráfico. Así mismo, actuar en todo lo relacionado con casos sonados por su importancia para la historia jurídica del país, como el femicidio de Cristina Siekavizza y el juicio por genocidio contra Efraín Ríos Montt, por mencionar solo algunos ejemplos.

A causa de todas las acciones anteriores a la designación de Thelma Aldana, y a la necesidad de que sea recuperada la ahora tan disminuida confianza popular en el sistema judicial del país, es importante recordarle que las acciones de la Fiscalía General serán sujeto de escrutinio y de análisis generalizados. Es igualmente importante su buena relación con los medios informativos, gracias a una política de transparencia que considere la urgente necesidad de que sea tomado en cuenta el espíritu de las leyes, además de su aspecto puramente técnico y legalista.

A la nueva fiscal se le debe dar el beneficio de la duda, convertido en un apoyo inicial, mientras toma las riendas de su nuevo cargo. El beneficiado será el país, porque un sistema jurídico sólido es fundamental para afianzar el progreso nacional. Las críticas deben cesar, y pueden continuar cuando las acciones de Thelma Aldana así lo justifiquen