Las cruciales batallas por el MP

Un Ministero Público sin protagonismo caería en crisis terminal.

La elección de Fiscal General adquirió esta vez una densidad sin precedentes. Los grupos de poder tradicional están atrincherados, y el contra-balance llega de Washington y las principales capitales políticas del mundo, cuyas ondas transitan en la diplomacia discreta o mediante abiertos pronunciamientos. Son 26 aspirantes, pero el punto de tensión es la reelección de Claudia Paz y Paz.

Este es un escenario de alto riesgo, pues eleva la exposición instrumental del MP, aunque, por otro lado, cual sea el resultado en la Comisión de Postulación esta semana y la posterior elección del presidente Otto Pérez, es previsible que la nueva gestión de Fiscal General estará bajo severos escrutinios. Del elenco de aspirantes salen varias fórmulas. Paz y Paz es sin duda una fuerte pero compleja apuesta, que con dificultades podría obtener los nueve votos para estar en la recta final. El fiscal Rony López, un tanto sustraído de la gran controversia, parecería el “plan b” a juzgar por la calificación de idoneidad que le dio la CICIG.

Otras fórmulas derivan de una candidatura fuerte como la de la magistrada Thelma Aldana, con reputación internacional y experiencia como operadora de justicia, pero empañada en recientes publicaciones de prensa que la asocian al empresario Gustavo Herrera, presunto operador de la Presidencia en temas de justicia. Eunice Mendizábal demostró la semana pasada en su presentación ante la Comisión de Postulación que tiene recursos de alta asesoría y debería contar con simpatía internacional como exfiscal de la CICIG, pero la percepción dominante es que su margen de independencia al mando del MP sería nulo. Otros aspirantes con experiencia son Julio Rivera, Edgar Lemus y Marco Villeda.

Acisclo Valladares ya fue Fiscal General, tiene formación y experiencia; condujo la primera extradición de un narcotraficante importante y supo lidiar en reducidos espacios de autonomía con casos complicados de derechos humanos; es conocedor profundo del Estado y los grupos de poder, aunque su labor más destacada es en la diplomacia. Fórmulas de gestión del MP con aspirantes de menor perfil sustraerían a la institución de la primera línea de visibilidad. Pero sería temporal, pues la manera de abrir ese escenario es con una fiscalía inactiva o entretenida en casos de bajo impacto. Por la volátil ebullición que mezcla justicia y política, y el desate de procesos asociados al crimen organizado transnacional, un MP sin protagonismo caería en crisis terminal, arrastrando al andamiaje jurídico-político local.

Publicado el 28 de abril de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Édgar Gutiérrez
http://elperiodico.com.gt/es/20140428/opinion/246383/

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