Ineptocracia

Gracias a Internet y a las redes sociales, llámese Facebook, Twitter, Google+ o como se llame, hemos visto cómo estos servicios se han convertido en los medios de comunicación social masivos más dinámicos y modernos que hoy existen. Es tan rápida su evolución que mañana pudieran ser otros de los que hoy ni idea tenemos. Pues digo que gracias a estos medios de tecnología de punta hoy nos enteramos de inmediato de lo que sucede en nuestro país y en el mundo, y nos enteramos en tiempo real. Con esa misma dinámica el mundo entero puede conocer las noticias y las “historias” de todo el planeta. Claro, también los chismes del Jet Set internacional, de la farándula y de pequeños grupos y su chismografía light. Algunos solo le ven el lado negativo a Internet y otros no pueden vivir sin estar conectados a la red y desarrollan su vida junto a un ordenador o, como en mi caso, con un teléfono “inteligente” que nos mantiene conectados las 24 horas del día. Fue así como recibí el siguiente correo que me permito transcribirles, porque a mi parecer es sumamente interesante y que nos describe como país.

Dice el correo: “Ineptocracia. Esta palabra aún no se encuentra registrada en el diccionario de Oxford (ni de la Real Academia de la Lengua Española) y por lo tanto ha tenido que ser googleada. Es una nueva palabra, acuñada recientemente, que puede ser encontrada en las camisetas que se venden en eBay.

Lee lentamente y trata de captar las realidades que están dentro de esta definición. Me inclino por esta palabra y creo que se convertirá en una reconocida parte del vocabulario inglés y también español”. “Ineptocracia: Sistema de gobierno en que los menos capaces para dirigir, son elegidos por los menos capaces para producir y donde los miembros de la sociedad menos propensos a sostenerse a sí mismos o a tener éxito en la vida, son recompensados con bienes y servicios pagados con los bienes confiscados a un reducido número de productores”.

Si usted cree que esta palabra, Ineptocracia, en mayor o menor grado encaja en la realidad que estamos viviendo desde hace unos diez años en Guatemala, y es válida y aceptable, debemos ya ir meditando y “madurando” la gran decisión que dentro de unos veinte meses manifestaremos en las urnas electorales. Que nos iluminen los dioses del Olimpo.