Cultura de Desarrollo Sustentable

Unidos en la adversidad, pero persiguiendo los mismos fines. 



Guatemala no puede seguir su misma rutina de siempre, pues aburre saber por los medios la incapacidad de quienes se tropiezan en la misma piedra, siguiendo el círculo de la pobreza, la corrupción, en medio de líos y nimiedades girando alrededor de un Estado débil. En lo que va de este nuevo siglo, los minipartidos la han llevando lejos del desarrollo nacional. Los partidos acá, por lo general, son pequeñas agrupaciones integradas por individuos que se han unido para ofrecer servir a los financistas y aprovecharse de los recursos oficiales al llegar al poder. Son cascarones institucionales para defender intereses particulares, que no los hacen aptos para resolver nuestros grandes problemas, amén de su falta de estudios de desarrollo. De ahí que no tengan el nivel para dirigir un camino, ni para salir del subdesarrollo cuando hacen Gobierno. Y más con un Congreso infuncional que refleja esa pobreza intelectual.

 

Guatemala no se puede permitir que esas reyertas partidarias la partan aún más. Tampoco los choques permanentes entre grupos sociales diferentes. Las amenazas y desafíos acumulados para la sociedad son enormes. Los tanques de pensamiento de nuestra sociedad, incluyendo los de la parte patronal, trabajadora, campesina, del Ejército, universidades, más los organismos sectoriales de las Naciones Unidas, tienen que trabajar en conjunto con las unidades de planificación sectoriales de los ministerios y la misma Segeplan. Deben unirse y señalar las metas a alcanzar al corto y mediano plazo, con acciones concretas a ejecutar por cada uno de ellos, para superar las amenazas que se ciernen sobre el agro y la producción de alimentos, la agroindustria y la industria, la malnutrición, salud preventiva y altos costos de los medicamentos, los bosques, la falta agua potable, el continuo crecimiento de la población y de la contaminación…

 

Hay que tener una visión integral de la realidad y ya se han dado voces de alarma. Se requiere repasar el diagnóstico que ya existe y visualizarlo de manera pluridisciplinaria. Ante los problemas principales hay que fijar metas para resolverlos en el corto y mediano con el horizonte del largo plazo. Todos y cada uno son partes del mismo todo. Hay que hacer un cambio radical. No se puede, como de costumbre, porque atenta contra la supervivencia de la sociedad. Dado que Guatemala es un país dividido social y étnicamente, para lograr la unidad de propósito, viene como anillo al dedo el concepto de la Cultura de Desarrollo Sustentable que abandera las Naciones Unidas, con la aprobación de la comunidad internacional. Allí está una propuesta neutral abierta para el mejor humanismo.

 

Los grupos de pensamiento con pragmatismo pueden enfocarse a resolver los graves problemas del colectivo social bajo esa bandera. El sector privado organizado puede contribuir con sus tanques de pensamiento para compartir criterios y prioridades con los de las universidades, el Ejército y la sociedad civil y su red de las ONG bajo la coordinación de Naciones Unidas. De esa forma el diagnóstico y las propuestas derivadas podrían fundamentar el horizonte a los minipartidos y al Estado mismo, a la sociedad en general, como una brújula a seguir, unidos en la diversidad, pero persiguiendo los mismos fines de desarrollo para Guatemala.

 

Publicado el 01 de abril de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Fernando González Davison
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140401/opinion/245140/

 

Categories:

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.