Ante el último fallo de la CC

La decisión de la Corte de Constitucionalidad de declarar sin lugar la revocatoria presentada por la doctora Claudia Paz y Paz, fiscal general y jefa del Ministerio Público, es el elemento más reciente de un caso de gran complejidad, debido a la gran cantidad de opiniones generadas por el hecho de la terminación del período de esa funcionaria.

Entre los factores que se deben tomar en cuenta, independientemente de si la decisión es del agrado o no de los ciudadanos, sobresale el tema del estado de Derecho. Hay que pensar en que el respeto a las decisiones de un ente jurídico político como la CC resulta básico para cimentarlo. Otro aspecto se refiere a cómo decidir si lo correcto y lo conveniente e indispensable es obedecer a las presiones de determinados grupos, personas o países a quienes esos fallos molestan o los consideran deplorables.

Casos como el hoy comentado deben ser analizados en abstracto, sin el valladar que representan los amores u odios que alguien despierte. Por aparte, es importante solicitar a quienes desde afuera manifiestan de manera ruidosa su oposición a este fallo, como, a criterio de ellos, se debe actuar con quienes violentan la ley, por ejemplo, con bloqueos de carreteras, paros magisteriales o interrupción de los servicios públicos.

La comunidad internacional siempre exige a países como Guatemala el respeto a las propias leyes y al estado de Derecho, pero ahora necesitan explicar por qué causas están actuando de manera distinta.

La CC también está en la obligación de explicar con palabras claras y sin tecnicismos incomprensibles las razones y alcances de sus fallos, a fin de que no contribuyan a la confusión que generan casos como este, donde cada quien trata de retorcer la ley a su propio beneficio. Se debe decidir si el país estaría mejor interpretando las leyes de acuerdo con las circunstancias y a las personas, o si debe lucharse por lograr la certeza de los fallos que, obviamente, pueden ser equivocados o no, por ser este riesgo un factor que participa en el proceso de interpretación de las leyes.

La CC también necesita explicar por qué, si su fallo es provisional, manda al Congreso a actuar de inmediato para integrar la comisión de postulación para candidatos al puesto hoy comentado. Falta un fallo definitivo, que en el lenguaje legal guatemalteco no significa sin cambio. Y falta también el fallo que ya no puede cambiar y que se llama “en firme”. En suma, aún queda algo de camino qué recorrer.

Por aparte, se trata de un caso que debió haberse quedado en el campo jurídico, pero se trasladó al de la práctica política y pasó a ser mediático, con lo cual, quien grita más es el que lleva las de ganar. Esto se debe, en parte, a que el asunto comenzó a subir de tono y llegó hasta puntos de no retorno, cuando tanto dentro como fuera del país las manifestaciones en uno u otro sentido también contribuyeron a un ambiente en el cual el enfrentamiento obnubila a la razón y a la serenidad y que contribuye a decepcionar a los ciudadanos comunes y corrientes.

 
Publicado el 10 de febrero de 2014 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre 
http://www.prensalibre.com/opinion/ultimo-fallo-CC_0_1082291789.html

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