ALFRED KALTSCHMITT
Qué bueno que Wall Street vea con buenos ojos a Guatemala y le vengan del norte los vericuetos politiqueros que nunca dejan de soplar sobre nuestro país. La bolsa es un reflejo de las percepciones de los mercados que miden los riesgos con una puntería rara vez infalible, sean commodities, minerales o petróleo. Y es que los inversionistas se fijan en realidades políticas, económicas y financieras concretas, y en las mediciones de los calificadores internacionales más grandes como Moody’s y Fitch. La colocación de 800 millones de bonos de Tigo en los mercados internacionales—la más grande emisión de bonos de deuda privada en la historia de América Central y el Caribe— es un logro positivo que comprueba que en nuestro país se pueden gestar grandes proyectos. Las ofertas excedían cinco veces el monto que la telefónica había proyectado.
Pero las cosas no nacen de la generosidad de los mercados internacionales.
Esta noticia pone a la telefonía móvil como un caso de éxito, en cuanto a los beneficios de contar con un marco legal y regulatorio estable, que permiten a los actores privados desarrollarse en un esquema de libre competencia, como lo destacó el Foro Económico Mundial; organización que ubicó a Guatemala en el puesto número uno a nivel mundial en lo que respecta al ambiente competitivo de las telecomunicaciones.
La ley fue ampliamente aplaudida, por ser la ley sobre telecomunicaciones más liberal y moderna en América Latina. Estableció un marco regulador que privatizaba no solo la operación de los servicios de telefonía, sino, también, la administración del espectro de radio, y muchas otras funciones reguladoras. Y también, porque los derechos para usar el espectro de radio se concedían como Títulos de Usufructo, lo que era equivalente a la propiedad privada.
La democracia de la telefonía es un fenómeno en Guatemala. Hay dos veces más teléfonos que habitantes. Esto es producto del trabajo tesonero, la libertad de mercado y la habilidad de guatemaltecos tocando las puertas de las grandes ligas.
Mientras escribía esta columna el día de ayer, la noticia de que la multinacional Xoom Corporation (Nasdaq) anunció la adquisición de la empresa de capital guatemalteco BlueKite, de Robert Aitkenhead y Kyle Steele —la cual se dedica al desarrollo de soluciones y aplicaciones—, comprueba que Wall Street tiene los ojos en Guatemala.
Las empresas son tan buenas como empresarios que las fundan y las administran. Para todos aquellos que creen que Guatemala es un país que no tiene potencial y en el que no se pueden hacer las cosas, se prueba que están muy errados. Para todos aquellos que creen que Guatemala es un país que no es bien visto por los ojos internacionales, por sus buenos indicadores económicos y por su potencial de crecimiento, se prueba que están equivocados.
Como lo he dicho en anteriores ocasiones, Guatemala y los guatemaltecos y sus historias de éxito deben ser celebrados y difundidos por todos, para que sepamos que con una visión definida, una estrategia trazada, un equipo con pasión y energía y la correcta ejecución de nuestros objetivos, podemos hacer grandes cosas.
Publicado el 07 de febrero de 2014 en www.prensalibre.com http://www.prensalibre.com/opinion/Wall-Street-Guatemala_0_1080491961.html
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