No habrá recuperación sin regeneración: los ciudadanos deben coger las riendas de la política en España

El optimismo del Gobierno contrasta con el progresivo empobrecimiento de las familias, la pymes y los autónomos españoles, que deben hacer frente a una devaluación interna imparable y a unos impuestos confiscatorios. Las cifras macroeconómicas experimentarán una ligera mejoría en 2014, pero la recuperación de nuestro país, sobre todo en lo concerniente a la creación de empleo, será muy lenta y, por desgracia, dolorosísima.

 

No olvidemos que tras los recientes y “positivos” datos de paro (menos desempleados en términos interanuales) se esconde el hecho de que multitud de personas, a causa del “efecto desanimo”, no registran sus demandas de empleo. Además, cada vez más extranjeros que regresan a sus países de origen y un número mayor de españoles que decide emigrar.

En conclusión, se ha reducido el número de parados porque ha bajado la población activa, pero todavía no se crea empleo con regularidad. De hecho, la tasa de desempleo ha subido y la calidad del empleo no mejora, ya que los nuevos contratos son de naturaleza temporal, precarios, salarialmente bajos y, en un alto porcentaje, de perfil agrario.

En plena planificación de las próximas citas electorales,el Gobierno de Rajoy ha aprovechado esta “alegría” económica (secundada, como suele ser habitual, por las multinacionales del Ibex 35 y por los medios afines) para imponer una estrategia de comunicación centrada en la recuperación de España. La consigna, por consiguiente, adoptada por todos los representantes del PP en los diferentes territorios de España, está basada en que nuestro país abandonará la crisis en breve y definitivamente. ¿Les suena este recurrente y repetitivo eslogan político que ya utilizó engañosamente el Gobierno socialista de Zapatero?

Pero, ¿de verdad cree el Gobierno que España solo tiene un problema económico? La recuperación de la economía española depende, ahora más que nunca, de la transformación de nuestro corrupto sistema político (y económico) en una verdadera y moderna democracia. España necesita urgentemente una regeneración que debería comenzar por la democratización de los dos grandes partidos y por la supresión de las subvenciones públicas, que deberían destinarse a los colectivos necesitados. Nuestro sistema político autonómico, subvencionado y antidemocrático, ha arruinado a España y a los españoles. Igualmente, representa el mayor impedimento que tiene nuestra economía para crecer.

El Régimen del 78 está muerto. La Constitución Española se encuentra obsoleta. El Estado de las autonomías se ha convertido en el Estado del bienestar de los dos grandes partidos. Y el sistema político bipartidista está invalidado a causa de la corrupción institucionalizada, que ha provocado, entre otras atrocidades, que nuestra Administración (la empresa más importante de España) esté gobernada por los peores porque se se han encargado de eliminar cualquier rastro de meritocracia.

Consecuentemente, nuestro país necesita imperiosamente una nueva Transición que acabe con esta dictadura partitocrática. La crisis económica que sufre España es una consecuencia y, a la vez, viene originada por una crisis política.

Hacia una nueva etapa

Es probable que una nueva etapa esté a punto de iniciarse en España, y la misma deberá diferenciarse de la anterior, que ha durado más de tres décadas, en función del protagonismo que deben adquirir los ciudadanos participando activamente en la gestión política.

El error más relevante que hemos cometido los españoles desde el inicio de nuestra pseudodemocracia es no implicarnos en los asuntos relacionados con la política y, por tanto, dejar nuestro destino en manos del PP-PSOE. Debido a este motivo, los dos principales partidos españoles han adquirido un poder omnipotente y se han convertido en gigantescas agencias de colocación…

La conversión socio-política que necesita España debe hacerse pacíficamente y desde dentro del sistema. Los españoles que deseen una regeneración democrática deberán involucrarse y apoyar a los nuevos partidos que están surgiendo. Pero estas nuevas formaciones tendrán difícil derrocar al bipartidismo si no se unen, ya que la actual ley electoral es tan antidemocrática como beneficiosa para el PP-PSOE. De hecho, esta ley ha permitido que unos votos valgan más que otros y que, en base a ello, una minoría pueda decidir los designios de toda una nación.

El desprecio actual que sienten los españoles de bien por la política puede condenar a España a sufrir una degradación democrática de difícil solución. En consecuencia, y a pesar del desprestigio social que representa actualmente desempeñar un cargo político,los ciudadanos honrados, preparados y con inquietudes deben participar en política porque la recuperación económica depende del buen funcionamiento de nuestro sistema. Mientras que el PP-PSOE siga teniendo intervenida nuestra economía, a través de la politización de la Administración y de la Justicia, muchísimas familias, pymes y autónomos españoles tendrán que aprender a convivir con la miseria.

No es deseable que aparezca una nueva lucha de clases protagonizada por los ciudadanos, en un extremo, y la casta político-sindical, unida a la élite financiera, en el otro. Pero el objetivo de nuestro Gobierno, y también del principal partido de la oposición es no reformar el actual sistema bajo ningún concepto, puesto que hacerlo significaría abolir sus reglas del juego y sus privilegios. Los ciudadanos, de forma pacífica y optando por nuevas alternativas políticas, tienen la última palabra.

Publicado el 24 de enero de 2014 en www.eleconomista.es por Lucio A. Muñoz
http://www.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/5486346/01/14/2/Los-ciudadanos-deben-coger-las-riendas-de-la-politica-no-habra-recuperacion-sin-regeneracion-democratica.html#comment-2371644

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.