Otro “oso” de los “pipoldermos”

Su sueño húmedo es que nadie los critique y que los súbditos les teman y traten como dictadores.

Es difícil tenerles respeto a los “pipoldermos”; no solo porque casi todos los días los diarios exponen la forma irresponsable y criminal en la que desperdician el dinero que toman de los tributarios, sino porque al estilo de Maduro, Correa, Kirchner, Morales y Ortega se han embarcado en una cruzada para acabar con la libertad de expresión.

 Mal asesorados y testarudos hasta el ridículo, los “pipoldermos” con ínfulas totalitarias acusaron a Jose Rubén Zamora de incurrir en el delito de desacato a los presidentes de los organismos del Estado, figura decimonónica que fue derogada en 2006 por medio de una sentencia de la Corte de Constitucionalidad. En ese contexto y acertadamente, la CIDH advirtió que “la amenaza de responsabilidad penal por deshonrar la reputación de un funcionario público, inclusive como expresión de un juicio de valor o una opinión, puede utilizarse como método para suprimir la crítica y los adversarios políticos”. Asimismo, dicha Comisión señaló que “las personalidades políticas y públicas deben estar más expuestas –y no menos expuestas– al escrutinio y la crítica del público. Dado que estas personas están en el centro del debate público y se exponen a sabiendas al escrutinio de la ciudadanía, deben demostrar mayor tolerancia a la crítica”.

 El sueño húmedo de todo “pipoldermo” –del color que sea–, es que nadie lo critique y que los súbditos (que no ciudadanos) le teman y lo traten como se trataba a los dictadores en El señor presidenteEl otoño del patriarca, o La fiesta del chivo. Empero, el respeto no se gana por medio del miedo, y está clarísimo que, en una república sana, en pleno siglo XXI, la libertad de expresión (como derecho que es) prevalece sobre cualquier pretendido privilegio que quisiera arrogarse un político, o un funcionario de turno.

 ¿Qué clase de empleados serviles, o ineptos asesoran a los “pipoldermos”? ¿Qué tinterillos les aconsejaron lo del desacato? ¡Es tanta la necedad de acabar con la libertad de expresión que estuvieron dispuestos a echarse un “oso” que a ningún estudiante de Derecho Penal I se le hubiera pasado! ¿Es tanta la ineptitud, o tanta la arrogancia?

Publicado el 10 de enero de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Luis Figueroa
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140110/opinion/240718/

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.