se nos comentaba: el guatemalteco no se siente útil a su Estado, de allí que no hay sentimiento de pertenencia y se privilegian soluciones individualistas a problemas comunitarios. Por ejemplo, si la violencia es el problema la misma se afronta al cerrar calles, subir paredes y, por supuesto, preparándonos a vivir en verdaderos guetos.
En el área urbana, desde las colonias más exclusivas hasta otras más modestas han tomado decisiones ilegales y se trastocan derechos fundamentales. Por ejemplo, los parquecitos ubicados en La Cañada, Jardines de la Asunción, colonia El Maestro, Utatlán y tantos otros ya no pueden ser visitados por todos los que quieran, sino, de plano, se consideran propiedad privada de quienes viven en la circunvalación. De hecho, hasta maratonistas tienen prohibido correr en determinadas calles. Es evidente que la Municipalidad perdió el concepto, pero junto a ella la ciudadanía está también desubicada.
¿Cómo podemos construir un 2014 diferente? Difícil respuesta, pero sin ser especialista en conductas colectivas, es claro que mientras el guatemalteco en su cotidianidad siga privilegiando el delito como forma de convivencia nada podremos lograr. Mientras usted que lee los periódicos y más o menos es persona informada esté convencido de que “la limpieza social es necesaria porque hay muchos mareros y narcos”, usted es caldo de cultivo para seguir con la vorágine de luto y violencia. Si nosotros concebimos la trasgresión a la ley como necesaria, no cabe duda de que ser la próxima víctima de ese estúpido sistema es solo cuestión de tiempo.
La construcción de un Estado en donde se privilegie el cumplimiento de la ley pasa de forma urgente y única por una cuestión ineludible: debe respetarse la labor de los jueces. En Guatemala los distintos sectores de poder, y esto va desde los señorones del Cacif hasta los que enarbolan banderas sindicales, quieren obtener sentencias judiciales por métodos de presión a las cortes, y esto es intolerable. Además, ahora que viene el proceso de postulación cada grupo anda en busca de “sus jueces”.
El 2014 es un año crucial, debe integrarse casi todo el andamiaje institucional de la justicia. Si usted piensa que el Estado no es suyo y no le importa, entonces no se queje, usted es cómplice del desorden y usted es también causante de la violencia. Acá la construcción de ciudadanía no es un asunto para el mero fortalecimiento del sistema democrático, acá esa construcción es cuestión de supervivencia. Si le importa su vida y la de sus hijos, métase e infórmese hasta el tuétano, solo así podremos decir con firmeza ¡Feliz año nuevo!
Publicado el 18 de diciembre de 2013 en www.prensalibre.com por Alejandro Balsells Conde
http://www.prensalibre.com/opinion/usted_0_1049895074.html
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