Si Barreda es inocente…

La señora Ofelia de León, mamá del sindicado, manifestó el fin de semana que espera y demanda un juicio justo, sin presiones e influencias en contra de su hijo. Tiene razón, lo que pasa es que resulta extraño que ahora sean ellos los que pidan un juicio que esté libre de, precisamente, hechos de los que la familia Barreda ha sido señalada por la familia Siekavizza y los querellantes adhesivos.

Si Barreda  es inocente, ¿por qué salió huyendo? Si Barreda es inocente, ¿por qué en base a lo que dijo el Ministerio Público en su momento y ha sido publicado en los medios de comunicación, fue necesario limpiar la casa en los días siguientes a la desaparición de Cristina?

Si Barreda es inocente, ¿por qué necesitaba cambiar piezas de su carro? Si Barreda es inocente, ¿por qué, según lo publicado por el matutino Prensa Libre el fin de semana, le pide a sus parientes que se encarguen de mover pitas con sus conocidos?

Si los Barreda desean un juicio sin intromisiones, ¿por qué intentaron clandestinamente obtener copia de la declaración de Petrona Say Velásquez en los primeros días de la investigación, hecho denunciado por la Fundación Sobrevivientes?

Si Barreda es inocente, ¿por qué hacer pasar a sus hijos por un calvario, que no solo incluía el hecho de  no tener la presencia de su madre, sino que, además, conllevó hacerlos vivir lejos de sus familiares maternos y amigos durante más de dos años en una vida clandestina?

Si Barreda es inocente, ¿por qué no entregarse en cuerpo y alma, como lo hicieron los Siekavizza, para encontrar a Cristina?  Creo que son preguntas a las que nunca tendremos una respuesta concreta.

Ahora empieza, dentro de un ya largo proceso legal, la etapa reina y será importante ver la capacidad con la que el Ministerio Público y los querellantes, aún y con la ausencia del cuerpo de Cristina Siekavizza, puedan hacer las imputaciones a Barreda en base a los miles de medios de prueba adicionales que tienen en contra del sindicado.

Este caso ha sido importante y ha contado con cobertura mediática porque se trata de una familia que ante la muerte de su hija y la desaparición de sus nietos, su mejor herramienta ha sido la fe, la perseverancia y la verdad, para contrarrestar el tráfico de influencias y el poder que se tiene dentro de ese mundo paralelo y clandestino de nuestras Cortes y nuestra justicia.

Tiene razón la señora Ofelia de León, pues del proceso tenemos que ser vigilantes todos para asegurar que, en efecto, el mismo no sea manoseado para garantizar la impunidad.

Es de suma importancia que esta etapa del proceso se pueda llevar a cabo de forma diligente, porque para los niños Roberto José y María Mercedes es vital empezar a tener alguna estabilidad que les permita ir recobrando, entre lo que cabe, la paz y la normalidad que les fue quitada el día que mataron a su madre.

Este caso ha despertado el interés no porque Cristina Siekavizza sea superior a Mónica Gabriela Casco Chacón, de 25 años, originaria de  la zona 18 quien está presa por haberse defendido de su esposo, quien según ella, la agredía tal y como consta en el informe del Inacif en el que se hacen evidentes las heridas de su cuerpo, ni porque la familia Siekavizza sea más importante que las 3,569 personas que han denunciado en la PNC violencia intrafamiliar (http://lahora.com.gt/index.php/nacional/guatemala/reportajes-y-entrevistas/186562-en-2013-la-pnc-ha-conocido-19-mas-denuncias-por-violencia-intrafamiliar), sino porque representa una lucha de años ante la adversidad, contra el tráfico de influencias y contra todo un sistema que está hecho para que la impunidad sea la norma y no la excepción. Su lucha combate muchos de los grandes males que nos afectan a todos los guatemaltecos.