Femicidios a la carta

“Sin la mujer, la vida es pura prosa.” Rubén Darío
Esa frase del vate centroamericano no se aplica en nuestro país, al tener Guatemala, según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la segunda tasa más alta de femicidios (92,94 por cada millón de habitantes). El Salvador, indican las estadísticas, ocupa la primera posición mundial y Lituania la tercera.
 

Aunque aparentemente los casos habían disminuido, ayer representantes de la Coordinadora 25 de Noviembre informaron que el mes pasado, octubre, hubo un repunte de asesinatos de mujeres con 72 víctimas, que son 24 más que los registrados en septiembre.  Datos que no deben dejarnos tranquilos, aunque el Ministro de Gobernación tenga sus propias excusas.

Recordemos que el femicidio es definido por la “Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer”, aprobada en el año 2008, como “muerte violenta de una mujer, ocasionada en el contexto de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, en ejercicio del poder de género en contra de las mujeres”.  En este caso, la ley establece prisión de veinticinco a cincuenta años, “sin concedérsele la reducción de la pena por ningún motivo”.

En este contexto, llama la atención la denuncia presentada por la organización arriba mencionada que dice que para 2014 el gobierno retirará el presupuesto destinado para el apoyo contra la violencia a la mujer.  Esto, no obstante la ley que dice expresamente que “es obligación del Estado garantizar el acceso, la pertinencia, la calidad y los recursos financieros humanos y materiales para el funcionamiento de los Centros de Apoyo Integral para la Mujer Sobreviviente de Violencia”. Hecho que pondría en evidencia el desinterés de este gobierno en un tema que nos toca a todos.

Los estudiosos indican que los maltratos en el hogar son independientes de la edad, sexo y/o grupo social de pertenencia, tanto del maltratador como de la persona maltratada.  Sin embargo, los grupos más vulnerables están relacionados con el género y la edad.  Situación que permite hablar de factores de riesgo, esto es, circunstancias en donde hay mayor exposición a la violencia.

Andrés Soriano Díaz, en su libro “Educación y violencia familiar”, al citar el  estudio titulado “el fenómeno de la violencia intrafamiliar”  afirma que el grado de potencialidad de violencia en una familia está dado por seis elementos: 1. El grado de verticalidad de la estructura familiar; 2. El grado de rigidez de las jerarquías; 3. Las creencias en torno a la obediencia y el respeto; 4. Las creencias en torno al valor de la disciplina y el castigo; 5. El grado de adhesión a los estereotipos de género y 6. El grado de autonomía de los miembros.

Es muy probable que Simone De Beauvoir haya tenido razón al decir que “el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”.

 
Publicado el 06 de noviembre de 2013 en www.lahora.com.gt por Eduardo Blandón
http://www.lahora.com.gt/index.php/opinion/opinion/columnas/186304-femicidios-a-la-carta

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