El Pérezaso

Marta Yolanda Díaz Duran

Según el Diccionario de la Rial Epidemia de Pelmazos, en su primera y única acepción (por el momento) Pérezaso significa: “Nombre masculino del intento de Otto Pérez Molina de darse a sí mismo, en el ejercicio del poder, una especie de golpe de Estado, interviniendo a la Superintendencia de Administración Terrorista/Tributaria (SAT) y a varias de las aduanas a su cargo”.

La definición anterior no incluye todas las decisiones equivocadas que ha tomado el mencionado desde su llegada a la Presidencia del Organismo Ejecutivo de Guatemala, comenzando por el origen de sus problemas actuales: la puñalada fiscal que propinó por la espalda al habitante productivo, respetuoso y emprendedor del país; a quien había ofrecido que no iba a aumentar los impuestos ni a adquirir más deuda. Tampoco hace mención al negoción ¿López o Pérez? de los chalecos anaranjados.

Es probable que la maña de adquirir más poder usando la fuerza y violentando las normas constitucionales la haya aprendido cuando fungió como jefe de los servicios de inteligencia del Ejército en la Dirección de Inteligencia Militar (G2), durante el gobierno de Jorge Serrano Elías. Sin embargo, ante la frustrada tentativa de este último de disolver el Congreso de la ¿República? de Guatemala, Pérez Molina optó por golpearse a sí mismo. Informo a mis lectores que en el objetivo de golpearse el Presidente salió exitoso: fue casi unánimemente aporreado por la crítica ciudadana y la de connotados abogados constitucionales que coincidieron en que la pretensión de Pérez Molina es contraria a lo que ordena nuestra Constitución. La que, por cierto, ya intentó cambiar en una ocasión. Otra de las batallas perdidas del otrora ¿glorioso? General.

A pesar de la oposición a la intervención hasta del propio Directorio de la SAT, Pérez Molina decidió continuar con un proyecto que, como tantos otros de su gobierno, nace muerto. Los únicos que parecen apoyarlo son algunos grupos de presión que quieren asegurar (y en algunos casos fortalecer) sus privilegios mercantilistas, y los miembros de su gabinete que de nuevo mostraron lo bien que les queda la segunda acepción de este “nombre masculino” según lo define el DRAE: “Conjunto de muebles…”.

Quedan varias preguntas que aún no han sido contestadas a cabalidad. Por ejemplo, ¿qué gana el Presidente interviniendo dependencias gubernamentales que están bajo su mando? ¿Por qué nombrar como interventores de los mencionados entes a quienes ocupan actualmente en estos los cargos de mayor autoridad? ¿A cuáles mafias pretende combatir: a las que llevan años extorsionando o a las de reciente creación?

El periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson declaró que teme más al déspota con poder político que a un narco molesto o frustrado por una nota periodística. ¿Será que estamos llegando nosotros a una situación similar? Al final, lo que sí está claro es que Otto Pérez Molina, lo que desea es adquirir más poder arbitrario y discrecional. ¿Cómo lo vamos a detener?

Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día lunes 21 de octubre 2013.

 

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