Cierre parcial del gobierno

Karen Cancinos

Elucubraba Allan Ortiz, un colega, sobre un “cierre” parcial del gobierno de Guatemala, como el que está ocurriendo en Estados Unidos. Bien enterados estamos del estira y encoge entre el gobierno norteamericano, que se niega a aceptar nada que no sea un cheque en blanco para llevar a cabo su programa refundacional del país –el Obamacare–, y la oposición republicana en la Cámara Baja, que no está dispuesta a financiar tal programa. A mí me parece una pena que los republicanos no sean más articulados para explicar su postura, coincidente con la de quienes adversan el Obamacare… nada menos que seis o siete de cada diez estadounidenses (varía según la encuesta).

A ver cómo acaba ese embrollo. Pero allá los gringos con él. El punto es que, y volviendo a la elucubración de mi joven amigo, el gobierno guatemalteco nos haría un gran favor “cerrando” también parcialmente. ¿Para qué sirve un “Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales”? ¿Para que la flamante ministra Sobenes contrate para “consultorías” a sus amigos, empleados y allegados? ¿De veras es un servicio público esencial un ministerio como ese?

¿Para qué sirve un “Ministerio de Cultura y Deportes”? Si se trata de impulsar cuerpos de ballet clásico, folklórico y orquestas nacionales, hay mecenas privados. El miércoles de esta semana se vendieron cientos de miles de hamburguesas en un solo día y se recaudaron millones de quetzales para distintos programas de ayuda a niños. Como ese proyecto filantrópico hay decenas más para socorrer chicos, ancianos, enfermos, madres solteras, por mencionar algunos. ¿Por qué no habría otro u otros para apoyar jóvenes talentosos, bailarines, coreógrafos, músicos, compositores, pintores, literatos? ¿De veras es un servicio público esencial un ministerio como el citado?

¿Para qué sirve una “Confederación Deportiva Autónoma”? Pomposamente se le denomina “organismo rector y jerárquicamente superior del deporte federado”, y se le destina una cantidad obscena de dinero cada año. Para quienes nos leen fuera de Guatemala, la Constitución le otorga al “deporte” por lo menos el 3% del Presupuesto General de Ingresos Ordinarios del Estado, cada año. De ese 3% (más de lo asignado el sector Justicia), la mitad es para la tal Confederación. ¿Es sorprendente que sobran quienes se pelean por formar parte de ella? ¿Quién se extraña de que nuestras magras delegaciones en competencias internacionales sean acompañadas por un séquito que nada tiene que ver con deporte, parentela de directivos incluida? Hemos tenido una sola medalla olímpica, atribuible al talento y tesón del marchista Erick Barrondo, no a estos incentivos repugnantes. De no existir este pozo de corruptela, habría empresas que se disputarían el patrocinio de un Barrondo, una Ana Sofía Gómez, una Cheili González, y la exhibición de sus logotipos en vestuario e implementos de los mejores deportistas. En fin, ¿es un servicio público esencial un organismo como la CDAG?

¿Son servicios públicos esenciales el Consejo Nacional de la Juventud, la Secretaría Presidencial de la Mujer, y párale de contar? Imagino el titular: “Cierre parcial del gobierno guatemalteco”. Qué buena noticia sería esa. Ya estuvo bueno de tanto parásito.

Articulo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día viernes 11 de octubre 2013.

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