Fundamental, pero no importa

Cuando el Estado invierte seis quetzales (Q6.00) en un niño o niña y cincuenta (Q50.00) en una persona privada de libertad, podemos hacernos una idea de la sociedad que se dibuja a partir de esos datos. En Guatemala, el tema de la niñez y adolescencia es fundamental, pero los políticos solo lo tocan cuando conviene a su imagen regalar una bolsa con alimentos y retratarse al lado de una niña famélica, o cuando quieren esconder el producto de una clase política y una sociedad que históricamente han olvidado a la niñez,

dictando una ley que a los 11 años permita mandar a los malportados a prisión.

Han dejado a la niñez como un tema de mujeres, porque parece que los políticos “serios” nunca en su vida han cuidado a una niña o un niño en su vida, y solo saben hablar de cuestiones más importantes como la legalización de las drogas, los préstamos indispensables para seguir funcionando y las inversiones de empresas transnacionales que desmantelan al país. Cuando la niñez vote, quizás le pondrán más atención en nuestro país, pero por ahora la mitad de la niñez menor de 5 años sigue padeciendo desnutrición crónica.

Mi invitación es al actual presidente y a su gobierno a que pongan a la niñez y la adolescencia en el centro de la agenda política. No conseguirán réditos inmediatos, eso es cierto si pensamos que esto tendría que ser una política de Estado, no un montón de acciones aisladas del gobierno de turno, pero en el mediano y largo plazos se estaría construyendo un mejor país. Poner en el centro de la agenda a la niñez es eso: ponerla en el corazón del Estado. Y Estado somos todos y todas, porque ya la familia es la primera institución sobre la cual se funda un Estado.

Pueden regalar las bolsas con alimentos que quieran para cultivar su deteriorada imagen, siempre y cuando esas bolsas sean parte de una estrategia integral de atención y protección a la niñez y adolescencia del país. Lo que no pueden es olvidarse de que la seguridad, en términos amplios, incluye seguridad alimentaria, física, afectiva, personal y jurídica, entre otras. Y tampoco pueden olvidar que la sociedad que no invierte en su niñez, hipoteca su futuro. El día de la niñez no se hizo solo para celebrar un día con payasos y pasteles, sino para reflexionar sobre la vida que estamos obligados a dar a quienes entran a la vida.

La escolaridad promedio de Guatemala es de 4.1 años, la más baja de toda Latinoamérica; ¿qué lugares de trabajo esperan a esa generación cuando crezca?, ¿qué país crece con estos niveles de escolaridad? Y luego nos quejamos de las maras o de una sobrepoblación de guardias de seguridad que a la menor provocación disparan un arma sin conciencia de lo que ello implica. Si cada año quedan embarazadas aproximadamente 48 mil adolescentes en todo el territorio nacional y solo en lo que va de este año ya se contabilizan 34 mil partos, ¿cuántos procesos educativos se interrumpen por embarazos que ni siquiera sus cuerpos entienden?, ¿qué sociedades se forman a partir de madres enojadas y frustradas y padres violentos o ausentes?

Si la clase política pone a la niñez, no desde una visión asistencialista sino política, en el centro de su quehacer, no tendrá que preocuparse tanto del futuro de la Nación. Y habrá cumplido con el precepto constitucional y ético irreductible de cuidar la vida.

Publicado el 03 de octubre de 2013  en www.prensalibre.com por Carolina Escobar Sart
http://www.prensalibre.com/opinion/Fundamental-importa_0_1004299573.html

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.