Sabiduría, más que buena intención

Todo servidor público debe pedir discernimiento para gobernar a su pueblo..

Nuestro pan diario en Guatemala son las historias de extorsiones, robos, secuestros, asesinatos, violaciones, corrupción, abuso, sobreprecios, tráfico de influencias y demás injusticias. ¿Quién no escucha, aunque sea una vez al mes, la historia de un conocido que sufrió una injusticia de su prójimo? Guatemala no puede seguir así. Celebramos el 192 aniversario de la Independencia, pero somos más esclavos que nunca de la injusticia, el abuso y la corrupción. Y un país en donde no existe la justicia jamás será grande, sino pequeño y miserable.

Proverbios dice: “La justicia enaltece a una nación, pero el pecado deshonra a todos los pueblos”. Necesitamos que todos los empleados públicos, que llevan el pan a la mesa de sus hogares gracias a nuestros impuestos, reconozcan la incapacidad que existe de gobernar sin Dios, sin Dios no se puede ganar a una nación, y levanten la mirada al cielo de donde viene la respuesta a nuestra problemática nacional. El rey Salomón le pidió a Dios discernimiento para gobernar a su pueblo. No pidió riquezas, además ya la tenía, era un hombre rico. Se dio cuenta que aunque rico, rey y reconocido por todo el pueblo de Israel, le hacía falta algo que no se compra con dinero: discernimiento, buen juicio, inteligencia, conocimiento, sabiduría.

Y así como Salomón pidió sabiduría para gobernar, todo servidor público debe pedir discernimiento para gobernar a su pueblo. Si está al frente de una escuela como director o maestro, está al frente de una sección de aduanas en alguna parte del país, de un grupo de policías, al frente de una alcaldía, pida discernimiento. Dios se lo da a los que lo necesitan. El apóstol Santiago dice: “Si está alguno falto de sabiduría, pídala a Dios y él se la dará”. A veces ya no sabe qué hacer la persona que está al frente de una empresa, de una institución, de una nación. Y es ahí cuando tiene que pedir a Dios humildemente que le dé sabiduría.

De aquí a dos años estaremos eligiendo presidente, diputados y alcaldes. Busque a sus candidatos, que sean gente con sabiduría. ¿Cuál es el principio de la sabiduría? El temor a Dios. Queremos terminar con una nación arrasada, destruida, con una sociedad despedazada, matándose unos a otros, odiándose unos a otros, y destruyéndose unos a otros, entonces descontinuemos el camino de hacer lo que cada uno le parece que es correcto y no obedecer.

Hacer justicia es darle a cada uno lo que corresponde. Necesitamos justicia. No más gente que la abomina y tuerce el derecho. No más gente en el sistema judicial que juzga por soborno. Nos enderezamos o el juicio de Dios se levantará.

Publicacion 26 de Septiembre 2013 en www.elperiorico.com por Jorge H. López
 http://www.elperiodico.com.gt/es/20130926/opinion/235112/

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