Carreras de caballos adelantadas

No es cierto que comenzaron ahora. Lo hicieron desde el día de la toma de posesión del gobierno entrante, el 14 a las 14. Ser segundo o tercero o cuarto no mata a ese bicho micropolitiquero enquistado en el cerebelo del “candidote”. No se queda en suspensión inerte hasta que se publiquen las convocatorias de las próximas elecciones aguardando vientos serenos y la reagrupación ordenada de la lógica del tiempo prudente. No. Acá se ceban las células politiqueras con altas dosis de sueños “erotipolíticos” desde la misma tarde del 14 a las 14
 

Sueños húmedos nocturnos en los que aparezco ante multitudes delirantes, apoteósicas, vociferando mi nombre y aplausos de exquisita melodía egocéntrica. Mi dios, mi yo. El salvador de las masas. El del plan perfecto, el del equipo ideal, el más honesto, el más carbón… El mero mero. El que no se queda atrás. El que eliminará la pobreza, la criminalidad. El que generará, empleo, seguridad y riqueza. El que combatirá el crimen desorganizado y el narcotráfico competidor… El que eliminará la corrupción y llevará a Guatemala a la cumbre de la prosperidad y el desarrollo. Yo. El salvador de Guatemala. Con “v” de vaca y “v” de victoria pírrica.

Al día siguiente. Ya me estoy reuniendo con los que me siguen como sombra y amamantan mi ambición desde siempre. Pido unas cuantas semanas para recuperar las fuerzas después de esa enfermiza cosa llamada campaña política. Esa frenética y cuasi demente carrera electoral marcada por un cronograma de tarimazos de extenuante demanda y costosa complejidad logística en los 22 departamentos y 333 municipios. Desde la organización de equipos de avanzadas para detectar a los líderes y aliarlos con el mejor postor estadístico. Hasta la contratación y pago adelantado años antes a los dueños de autobuses locales con amenaza de cláusula de incumplimiento para asegurar la conducción ordenada del rebaño votante a las urnas el día de las elecciones.

Y comienza mi viacrucis para la apertura de la canasta básica de los financiadores, que financiarán, las finanzas de mis financistas. Los de contratos gordos y múltiples prebendas. Los de la primera fila. Los de salvoconducto permanente. Los abrepuertas con poder de picaporte.

Uno a uno, van cayendo. Con demostraciones de credenciales estadísticas, cualitativas y cuantitativas los convenzo. Si no las tengo, por el potencial que tendré. Si las tengo, “caigan muertos o les caigo cuando llegue”. Y todos apuestan. Para todos hay, porque uno nunca sabe… De repente meten unos cuantos diputados. Y los votos cuentan. De repente llega y la inversión es sana. Y si no llega, llegará la próxima, siguiendo la maldición deamimetocapuesnnn.

No hay cambio de estrategia. Cambiará la forma, la cancioncita, la tonada, el lema y el color, pero no el fondo. Seguiré la estrategia ganadora. Le apuesto al discurso populista donde fertilizo la maleza ignorante. Es una mayoría demográfica que aprecia el pico de oro y el candidato dicharachero. Y con las audiencias más cerebrales los cultivo con discursos más aterrizados, basados en lo que quieren oír: atracción de inversiones. Dejar trabajar y no joder. Impuestos bajos. Presupuestos balanceados. Eficiencia y transparencia del gasto. Combate de la delincuencia, seguridad, gobernabilidad.

Lo demás es pan comido y trabajo arduo. A desgastar manos, besar nenes, apechugar ancianitas y tarimazos endulzados con chicas bibiribiri y música reguetón. Luces, bocinas y regalitos.

La campaña adelantada es prohibida pero se incumple religiosamente. Cada nota, aviso, o carta del Tribunal Supremo Electoral se desobedece al pie de la letra. Y cada multa de US$150 se cumple puntualmente.

Guatemala necesita presidentes como yo. Ambiciosos, visionarios, capaces.

Viva Guatemala, mala mala, turun-tun tun, turun-tun- tun.

Publicado el 24 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por ALFRED KALTSCHMITT
http://www.prensalibre.com/opinion/Carreras-caballos-adelantadas_0_998900137.html

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