Una ley que debe frenar el crimen

Finalmente, tras numerosos asaltos y una cauda dolorosa de víctimas, el Congreso aprobó ayer con una inusitada mayoría la ley que pretende terminar con el robo de celulares, delito que se busca combatir con penas más severas tanto a quien lo cometa como a la persona que comercialice o flashee aparatos que hayan sido denunciados como extraviados o robados, o a quien los utilice en los centros carcelarios, que es donde más uso criminal se les ha dado.
 

La normativa, una de las más reclamadas, era una urgencia sentida entre la población, porque el robo de móviles es una auténtica pesadilla para miles de guatemaltecos, como lo evidencian las dramáticas cifras, que alcanzan los centenares en un solo día, un número intolerable que las fuerzas de seguridad no pudieron detener y una realidad que se espera pueda cambiar ahora si la ley se acompaña de acciones contra las grandes mafias y no solo contra quienes aterrorizan a la gente en las calles.

Es de esperar que la mencionada norma cobre vigencia lo antes posible, y más deseable es que logre disuadir a los delincuentes de persistir en una práctica que alberga muchas expresiones de criminalidad, al punto de que se mata para alimentar una industria repudiable cuyos tentáculos trascienden y quebrantan voluntades, como ocurre en muchos de los penales del país, donde las fuerzas de seguridad no han tenido la capacidad de frenar el ingreso de esos aparatos, los cuales son utilizados para prolongar crímenes como las extorsiones y chantajes.

No debe extrañar que existan sorpresas cuando se conozcan detalles del texto, porque ha sido común que muchas normativas emanadas del Congreso dejen mucho que desear, aunque hayan sido consensuadas con diversos sectores, como sucedió en este caso, en el que participaron representantes de la sociedad civil, de las empresas de telefonía móvil y legisladores, lo que debería ser augurio de las buenas intenciones, lo cual solo se conseguirá si se respetan esos acuerdos, que sin duda no pretenden otra cosa que terminar con un calvario nacional.

Tampoco hay que olvidar que detrás de la urgencia por aprobar esta ley hubo historias que conmovieron a la sociedad, como la de Alejandro Guillén, estudiante del colegio San Sebastián, quien perdió la vida al oponerse al robo de un celular, y ayer se informaba de un nuevo hecho en que delincuentes balearon a una persona por haberse resistido a ser despojada de su aparato, un drama que ojalá termine con la promulgación de esta normativa, pues ya son demasiadas las historias dolorosas en torno a ese delito.

La aprobación de la ley en mención puede ser de mucho beneficio para el país, si se aplica en forma adecuada y, sobre todo, si los involucrados cumplen con lo estipulado en ella, empezando por quienes tienen a su cargo llevar un riguroso control de toda transacción relacionada con chips o teléfonos, y principalmente las autoridades encargadas de la seguridad, cuya misión debe enfocarse en evitar que sigan siendo ingresados aparatos móviles a los presidios, porque es allí donde se encuentran las raíces de la criminalidad que rodea ese flagelo.

Publicado el 18 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre
http://www.prensalibre.com.gt/opinion/ley-debe-frenar-crimen_0_995300480.html

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