Mediocres y de moral distraída

Qué pena da darse cuenta de lo mal que estamos. Existen pocas maneras de explicar el nivel de frustración que se siente ser un guatemalteco interesado en que la cosa camine para adelante y que más guatemaltecos logremos vivir más y mejores vidas. Da una tremenda rabia encontrarse con funcionarios públicos que por donde se les mire solo se puede calificar de mediocres.

Increíblemente el gobierno de Otto Pérez Molina vuelve a implementar el famoso reglamento de los chalecos.  Basta “googuliar” chalecos para moto y  leer las opiniones y resultados que tuvo en tiempos de Álvaro Colom la pésima disposición de los benditos chalecos para moto.

La disposición,  como advertimos muchos, fue un rotundo fracaso y solo sirvió para que los guatemaltecos gastaran recursos en la compra del accesorio y las calcomanías.  Pero a nuestros mediocres funcionarios no se les puede ocurrir nada más volver a cometer el mismo error aprobando una nueva normativa pero con color de chaleco diferente.  ¡Qué bien que cambiaron el color del chaleco! Ahora la medida seguramente funcionará y los índices de delincuencia descenderán rápidamente. ¿Qué tendrán de malo las medidas más convencionales?  ¿Qué habrá sucedido con la compleja medida de la vigilancia?  ¿Será posible que nuestro Ministerio de Gobernación no pueda ni siquiera controlar algunos pocos puntos que son los que dan problema en el país?  No quiero ni pensar cómo es que los ladrones dan vueltas en el suelo de la risa al escuchar al Ministro de Gobernación y al Presidente Pérez Molina cuando salen anunciando este tipo de medidas estúpidas para controlar el crimen.

Un amigo me comentó el otro día que él tenía la solución para que pararan los asaltos por celulares.  La solución planteada era bastante sencilla, pero finalmente no implementable por motivos legales. Mi amigo proponía contratar francotiradores para que esperaran los asaltos en las calles de esta ciudad que todo el mundo conoce como puntos peligrosos.  Después de un par de días de actividad y algunos cuantos asaltantes muertos seguramente los asaltos cesarían.  Yo comenté, después de analizar la medida, que no me parecía lo correcto porque la discreción del francotirador empezaría a estirarse de tal manera que el abuso de su mandato sería el efecto inevitable de darle ese poder. Pues no disparar pero si se podrían montar puestos de vigilancia encubiertos que pudieran grabar los asaltos y después aprender a los malhechores y con la evidencia en mano meterles unos buenos años por asalto a mano armada, portación ilegal de arma y otros delitos que seguramente se les pueden imputar. Después de atrapar y condenar a algunos seguramente bajarán los incentivos que empujan a estos señores a cometer los agravios. ¿Costará tanto implementar algo parecido?

No queda más opción que pensar que de intento estos señores se hacen los brutos. Pareciera que les interesa mantener los índices de criminalidad altos por alguna extraña razón. Mientras tanto la vicepresidenta sigue saliendo casi a diario en los medios de comunicación implicada en un rosario de casos de corrupción. Es importante que “le pasemos la báscula” a la señora vicepresidenta que probablemente prefiere a que “la pasemos a la báscula” porque se ha visto que la plata le ha caído bien.

Por otro lado el pueblo no encuentra consuelo con el Procurador de los Derechos Humanos que anda regañando columnistas en lugar de hacer su trabajo.

Total que por donde quiera que se vea en el Gobierno solo existen funcionarios mediocres y con moral distraída y no se ve por dónde podamos salir de esta grave situación.

Publicado el 05 de Septiembre 2013 en www.lahora.com.gt por John Carroll 
http://www.lahora.com.gt/index.php/opinion/opinion/columnas/183308-mediocres-y-de-moral-distraida

Categories:

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.