Estupor ante un suicidio infantil

MUCHAS SON LAS CAUsa del suicidio, es decir de la privación voluntaria de la vida. Hace siglos, los suicidas sufrían la discriminación de no poder ser enterrados en el camposanto, distinto al cementerio porque en este podían descansar para siempre todos los seres humanos, sin diferencia de las causas de su fallecimiento. Tal discriminación tenía orígenes religiosos, al considerarse el suicidio un pecado imperdonable. Ahora, el término camposanto ha quedado relegado a la expresión literaria, y al suicida se le considera una persona perturbada,

al menos en el momento de tomar la decisión, y por ello en vez de condena, provoca una reacción de pena, de conmiseración, porque se ha roto el instinto básico de protección a la propia vida.

EXISTEN TAMBIÉN los suicidios por motivos religiosos, o de inmolación como parte de una tarea patriótica, como fue el caso de los kamikazes japoneses en la Segunda Guerra Mundial. En estos tiempos, sobre todo en varios lugares del Medio Oriente, se utilizan con alguna frecuencia los hombres o mujeres-bomba como un arma terrorista enraizada en religión o en ideologías. De ello, el caso del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York constituye un buen ejemplo. Pero no es ese el tipo de suicidios al cual me quiero referir, sino a aquellos casos en los cuales una persona toma la decisión de matarse, sobre todo cuando toma tiempo para hacerlo, y muchas veces lo anuncia de manera directa o indirecta, pero nadie le pone la atención debida.

HACE POCOS DÍAS, OCUrrió un caso terrible. Mario Francisco Álvarez Baltazar, de 12 años, se suicidó como consecuencia del hostigamiento sufrido de manos de sus compañeros de clase de la escuela Ramiro de León Carpio, de la zona 21. Es el tercer caso en el país, uno de los cuales fue de una niña de edad similar, hace algunos meses, y tienen en común esa actitud ahora conocida como “bullying”, llamada así porque fue bautizada en Estados Unidos, el país donde más casos ha habido en el mundo y donde se le está dando una atención debida. En el caso de Mario Francisco, existe el elemento adicional de ser un niño con ascendencia garífuna, lo cual agrega el racismo contra las personas con algún porcentaje de raza negra.

LA MADRE, MARÍA LIDIA Baltazar, puso la denuncia en la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público y la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo. Según declaró, hizo la denuncia respectiva a las autoridades de la escuela, pero estas no actuaron, ni llamaron a los padres de los alumnos causantes de este acoso, iniciado hace dos años, durante los cuales el niño no se quejó de ser discriminado ni ofendido. No se puede devolverle la vida a Mario Francisco, pero sí es posible realizar una campaña nacional para explicar a padres de familia la potencial gravedad de las acciones de acoso cometido por sus hijos, y a los maestros la urgencia de actuar de inmediato cuando surge una denuncia en ese sentido.

UN ILUSTRATIVO AR- tículo de Edurne Navarro, publicado en elPeriódico el sábado anterior, señala otra realidad parecida: la presencia de discriminación en cinco departamentos y en la capital, donde han sido denunciados 127 casos el año pasado y 135 en los primeros ocho meses del 2013. Es decir, aumentan las denuncias porque también se incrementan los casos y poca duda me cabe de tener cifras más altas. La discriminación, en casos especiales de niños, jóvenes y adultos, puede convertirse en el detonante de más suicidios. Los psicólogos, pedagogos y demás conocedores de la manera como las presuntas víctimas pueden reaccionar, deben ser consultados para enfrentar con éxito el reto de terminar con el acoso y la discriminación.

Publicado el 02 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por MARIO ANTONIO SANDOVAL
http://www.prensalibre.com/opinion/Estupor-suicidio-infantil_0_985701437.html

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